El presidente argentino Alberto Fernández, a la izquierda, habla con la vicepresidenta Cristina Fernández. Foto La Hora: AP.

El presidente argentino Alberto Fernández tensó al máximo la relación con el Poder Judicial al lanzar el miércoles sus más duras críticas a los miembros de la Corte Suprema de Justicia, contra quienes impulsa un juicio de destitución.

Ante la presencia de dos de los cuatro integrantes de la Corte, Fernández acusó a al máximo tribunal de parcialidad, ineficacia y atentar contra la constitución por interferir en las funciones de otros poderes, entre otras críticas vertidas de forma encendida durante su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Parlamento. Este fue el último discurso del dirigente peronista para inaugurar un nuevo ciclo legislativo del mandato presidencial iniciado a fines de 2019 y lo hizo en medio de una fuerte caída de su imagen pública y con el reto de revertir una inflación galopante en pleno año electoral. La suba de precios fue de casi 95% en 2022.

Además de apuntar contra la Corte, el presidente consideró que la mayor parte del Poder Judicial «no funciona y no se muestra con la independencia requerida frente a los poderes fácticos y políticos», lo que generó los abucheos de Juntos por el Cambio, la mayor fuerza de la oposición.

Esta es la mayor diatriba que se recuerde del mandatario contra la justicia argentina, a la que viene acusando de perseguir a líderes oficialistas en connivencia con la oposición, que tiene entre sus referentes al expresidente Mauricio Macri (2015-2019). Mientras Fernández hablaba, un gesto adusto se iba formando en los rostros del presidente del alto tribunal, Horacio Rosatti, y de su colega Carlos Rosenkrantz, sentados a pocos metros del mandatario.

Fernández defendió la iniciativa de su gobierno de que los cuatro miembros de la Corte sean removidos de sus cargos por supuesto mal desempeño de sus funciones. En febrero, el peronismo gobernante impuso su mayoría en la comisión del Congreso que dispuso la admisibilidad de más de una decena de pedidos de juicio político contra Rosatti, Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti.

Uno de los impulsores del proceso fue el propio presidente luego de un fallo del máximo tribunal que obligó al Estado nacional a pagarle a la Ciudad de Buenos Aires el 2,95% del monto total recaudado por impuestos -que se distribuye entre las 23 provincias y la capital-, frente al 2,32% que recibía.

 

En su discurso ante el Congreso, el mandatario calificó ese fallo como una muestra de la parcialidad del tribunal en favor del gobierno capitalino liderado por Horacio Rodríguez Larreta, uno de los principales dirigentes de la oposición y con aspiraciones presidenciales en los comicios generales de octubre.

En la misma línea crítica, y como viene reiterando desde hace semanas, Fernández también cuestionó la sentencia a seis años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos que dictó un tribunal a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner por corrupción durante sus dos presidencias (2007-2015). El fallo contra la vicepresidenta -quien se sentó junto al mandatario durante su intervención- es apelable y puede llegar hasta la Corte Suprema.

 

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