Una nave de suministro rusa sin tripulación atracada en la Estación Espacial Internacional perdió presión refrigerante en su cabina, informaron el sábado la corporación rusa Roscosmos y la NASA, y aseguraron que el incidente no supone ningún peligro para la tripulación de la base orbital.
Roscosmos informó que la escotilla entre la estación y la nave de carga Progress MS-21 fue cerrada para que la pérdida de presión no afectara a la estación en órbita.
“La temperatura y la presión a bordo de la estación están dentro de las normas y no hay peligro para la salud y la seguridad de la tripulación”, agregó en un comunicado.
El comunicado inicial de Roscosmos no aclaraba si toda la nave de suministro o sólo algunos de sus sistemas perdieron presión, pero Sergei Krikalev, jefe de los programas tripulados de Roscosmos, aclaró posteriormente que hubo despresurización del circuito refrigerante de la nave.
La NASA señaló que sus especialistas asistían a sus homólogos rusos para resolver la fuga de refrigerante.
“Funcionarios monitorean todos los sistemas de la Estación Espacial Internacional y no registran ningún otro problema”, indicó la NASA. “La tripulación, que fue informada de la filtración del circuito de refrigeración, no está en peligro y continúa con las operaciones normales de la estación espacial”.
Roscosmos no indicó qué pudo haber causado la despresurización de la nave de suministro.
Hizo notar que la nave de carga ya había sido cargada con desechos antes de su eliminación programada. La nave se desacoplará de la estación y saldrá de órbita para quemarse en la atmósfera el 18 de febrero.
El anuncio fue efectuado poco después de que una nueva nave de suministro rusa atracara sin problemas en la base el sábado. La Progress MS-22 entregó casi tres toneladas de alimentos, agua y combustible junto con equipo científico para la tripulación.
Roscosmos informó que el incidente no afectó el atraque de la nueva nave de carga y “no tendrá impacto en el programa futuro de la estación”.
La despresurización del circuito refrigerante de la nave de carga ocurrió luego de que en diciembre hubo un incidente con la cápsula de la tripulación Soyuz, que fue golpeada por un pequeño meteoroide. El objeto espacial dejó un pequeño agujero en el radiador exterior y causó una fuga de refrigerante al espacio.
Se suponía que los cosmonautas rusos Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin, y el astronauta de la NASA Frank Rubio usarían la cápsula para regresar a la Tierra en marzo, pero las autoridades espaciales rusas concluyeron que las temperaturas más elevadas resultantes de la fuga de refrigerante podrían hacer que su uso fuera peligroso.
Decidieron lanzar una nueva cápsula Soyuz el 20 de febrero para que la tripulación tenga una nave salvavidas en caso de una emergencia. Sin embargo, dado que viajará en modo automático para acelerar el lanzamiento, ahora una tripulación de reemplazo tendrá que esperar hasta fines del verano o el otoño cuando esté lista otra cápsula. Eso significa que Prokopyev, Petelin y Rubio tendrán que permanecer varios meses más en la base orbital, lo que posiblemente alargue su misión a cerca de un año.
La NASA participó en todas las deliberaciones y estuvo de acuerdo con el plan.
Además de Prokopyev, Petelin y Rubio, la estación espacial alberga a los astronautas de la NASA Nicole Mann y Josh Cassada; la rusa Anna Kikina; y el japonés Koichi Wakata. Los cuatro viajaron en una cápsula de SpaceX en octubre pasado.