Dos técnicos toman muestras en un centro de pruebas diagnósticas de COVID-19 en Auckland, Nueva Zelanda. Foto: La Hora/AP

Nueva Zelanda ha abierto una amplia investigación sobre si tomó las decisiones correctas en la lucha contra el COVID-19 y cómo puede prepararse mejor para pandemias futuras.

La primera ministra, Jacinda Ardern, dijo el lunes que el coronavirus planteó la mayor amenaza a la salud y la economía del país desde la II Guerra Mundial. Ahora es el momento adecuado de examinar la respuesta del gobierno con una investigación independiente del más alto nivel, señaló.

Una de las cuestiones analizadas será si Nueva Zelanda adoptó la estrategia inicial adecuada al imponer estrictos confinamientos y controles de cuarentena fronterizos para tratar de eliminar el virus por completo en el país.

 

En un principio, la estrategia de tolerancia cero fue reconocida a nivel internacional como un éxito porque la tasa de muertos neozelandesa se mantuvo muy por debajo de la mayoría de otros países, y la gente pudo continuar con su vida con normalidad.

Pero con el tiempo, los inconvenientes de ese enfoque quedaron más claros al tiempo que subían los costes económicos y sociales. Algunos ciudadanos sufrieron grandes retrasos a la hora de volver a casa debido a la sobrecarga de los centros de cuarentena.

El gobierno abandonó más tarde esa estrategia en octubre de 2021, cuando variantes nuevas y más contagiosas resultaron ser imposibles de contener y la gente tenía la oportunidad de vacunarse.

China es uno de los pocos países que mantiene una política de tolerancia cero. Los expertos dicen que la estrategia es insostenible en el largo plazo y que China no tiene un plan de salida.

La Comisión Real de Investigación de Nueva Zelanda estará dirigida por Tony Blakely, un epidemiólogo y profesor afincado en Australia. Desde principios del año que viene, tendrá 17 meses para investigar y preparar un exhaustivo reporte.

Ardern señaló que es crucial determinar qué funcionó en su respuesta para ayudar al país ante pandemias futuras.

 

“No teníamos manual para gestionar el COVID, pero como país, nos unimos de una forma extraordinaria y salvamos vidas y medios de vida”, dijo.

La ministra de Respuesta al COVID-19, Ayesha Verrall, dijo que uno de los motivos era que tener un plan de pandemia prescriptivo, como el plan basado en la gripe que tenía el país antes de la aparición de la nueva enfermedad, no fue de gran ayuda.

“Imagino que se ha aprendido la lección de mirar sólo a las características de un microbio no va a bastar”, dijo Verrall. “Hay que tener una visión mucho más amplia”.

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