La mayoría de los adultos en Estados Unidos, incluida una gran mayoría de cristianos y personas que se identifican con otras religiones, consideran que la Tierra es sagrada. Foto La Hora: Ap.

La mayoría de los adultos en Estados Unidos, incluida una gran mayoría de cristianos y personas que se identifican con otras religiones, consideran que la Tierra es sagrada y creen que Dios les dio a los humanos el deber de cuidarla, reveló un sondeo.

Pero los más creyentes —aquellos que rezan a diario, asisten regularmente a los servicios religiosos y consideran que la religión es crucial en su vida— expresan menos preocupación por el calentamiento planetario, de acuerdo con el informe publicado por el Centro de Investigación Pew, que encuestó a 10.156 adultos estadounidenses del 11 al 17 de abril. El sondeo tiene un margen de error de más o menos 1,6 puntos porcentuales.

La encuesta dice que los estadounidenses religiosos tienden a estar menos preocupados por el cambio climático por varias razones. «Lo primero y más importante es la política: el principal impulsor de la opinión pública estadounidense sobre el clima es el partido político, no la religión», dice el informe.

«Los estadounidenses más religiosos están más inclinados que otros a identificarse con el Partido Republicano, y los republicanos tienden a ser mucho menos propensos que los demócratas a creer que la actividad humana (como la quema de combustibles fósiles) está calentando la Tierra o a considerar el cambio climático como un problema serio».

 

La encuesta encontró que 74% de los estadounidenses afiliados religiosamente dicen que la Tierra es sagrada, y 80% tiene un sentido de responsabilidad, es decir, están total o mayoritariamente de acuerdo con la idea de que «Dios dio a los humanos el deber de proteger y cuidar la Tierra, incluidas las plantas y los animales».

Los estadounidenses religiosos que muestran poca o ninguna preocupación por el cambio climático también dicen que «hay problemas mucho más grandes en el mundo, que Dios tiene el control del clima y que no creen que el clima realmente esté cambiando».

El informe destaca que los no afiliados a una religión —el grupo de más rápido crecimiento en las encuestas que preguntan a los estadounidenses sobre su identidad religiosa— son mucho más propensos a decir que el cambio climático es un problema extremo o muy grave (70%) que los estadounidenses afiliados a una religión (52%).

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