Un equipo del organismo de supervisión nuclear de la ONU inició el lunes una misión urgente para salvaguardar la central nucleoeléctrica de Zaporiyia, la cual se encuentra en el centro de los combates en Ucrania, un viaje largamente anticipado que el mundo espera ayude a evitar una catástrofe radiactiva.

Hay demasiado en juego para los expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que visitarán la planta ubicada en el mismo país en que el desastre de Chernóbil en 1986 liberó radiación por toda la región, estremeciendo al mundo e intensificando la presión internacional por distanciarse de la energía nuclear.

“Sin exagerar, esta misión será la más difícil en la historia del OIEA”, dijo el ministro del Exterior de Ucrania, Dmytro Kuleba.

Y en un recordatorio de lo urgente que es resolver la situación, Ucrania y Rusia nuevamente intercambiaron acusaciones de ataques en las inmediaciones de la central nuclear, la más grande de Europa, que estuvo desconectada brevemente de la red eléctrica la semana pasada. Los riesgos son tan elevados que las autoridades han comenzado a distribuir tabletas de yodo entre los residentes de la zona para combatir la radiación.

 

A fin de evitar un desastre, el director general del OIEA, Rafael Grossi, ha intentado obtener acceso desde hace meses a la planta de Zaporiyia, la cual ha estado bajo control de las fuerzas rusas desde los primeros días de un conflicto que ya lleva más de seis meses. Trabajadores nucleares ucranianos han estado operando la planta.

“El día ha llegado”, tuiteó Grossi el lunes, y añadió que la “Misión de Apoyo y Asistencia” del organismo con sede en Viena “ya está en camino».

El portavoz de la cancillería ucraniana dijo que el equipo dirigido por Grossi tiene programado llegar el lunes a Kiev. En abril Grossi encabezó una misión del OIEA a Chernóbil, que estuvo bajo ocupación de las fuerzas rusas en las primeras etapas del conflicto.

El OIEA ha dicho que su equipo “emprenderá actividades urgentes de salvaguarda”, evaluará los daños, determinará la funcionalidad de los sistemas de seguridad de la planta y evaluará las condiciones laborales del personal de la sala de control.

La agencia de energía nuclear de Ucrania, Energoatom, advirtió el lunes de intentos de Rusia de encubrir su uso militar de las instalaciones.

“Los invasores, en preparación para la llegada de la misión del OIEA, incrementaron la presión sobre el personal… para evitar que revelen evidencia de los delitos de los invasores en la planta y su uso como base militar”, indicó Energoatom, añadiendo que cuatro trabajadores de la central resultaron heridos por ataques de artillería rusa contra la ciudad en la que residen.

Ucrania acusó a Rusia de nuevos ataques con cohetes y artillería en o cerca de la planta, intensificando los temores de que los combates puedan provocar una gran fuga de radiación. Hasta ahora, se ha informado que los niveles de radiación en la central, la cual cuenta con seis reactores, siguen siendo normales.

 

Ucrania ha alegado que, en esencia, Rusia mantiene a la central como rehén, almacenando armas allí y lanzando ataques desde sus inmediaciones, mientras que Moscú acusa a Kiev de lanzar ataques imprudentes contra la planta.

Dignatarios de todo el mundo han exhortado al Kremlin a que desmilitarice la central. Imágenes satelitales que Maxar Technologies difundió el lunes mostraban transportes blindados de personal en un camino ubicado cerca de los reactores, así como daños en el techo de un edificio que también está cerca de los reactores, y algunos incendios en matorrales de las inmediaciones.

 

Ucrania reportó nuevos ataques de artillería rusos en Nikopol, al otro lado del río Dniéper de donde se encuentra la central nucleoeléctrica, que dejaron una persona muerta y cinco heridas. La ciudad ha sido objeto de una ofensiva incesante de proyectiles durante varias semanas. En Enerhodar, a unos cuantos kilómetros de la central, el alcalde ucraniano Dmytro Orlov culpó a la artillería rusa de herir a por lo menos 10 residentes.

Andrew Katell contribuyó a este despacho desde Nueva York.

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