El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy (centro), su homólogo tuco Recep Tayyip Erdogan (izquierda), y el secretario general de la ONU Antonio Guterres estrechan las manos tras sostener una reunión en Leópolis, Ucrania. Foto La Hora: Evgeniy Maloletka/AP.

 

El presidente de Turquía y el secretario general de la ONU se reunieron el jueves con el presidente ucraniano, Volodymr Zelenskyy, en un intento por amainar la guerra que dura casi seis meses, impulsar las muy necesitadas exportaciones de grano y garantizar la seguridad de la mayor central nuclear de Europa.

La reunión en la ciudad occidental ucraniana de Leópolis, cercana a la frontera con Polonia y lejos del frente de guerra, fue la primera visita a Ucrania del presidente turco Recep Tayyip Erdogan desde el estallido de la guerra y la segunda del secretario general de la ONU Antonio Guterres.

Erdogan se ha posicionado como intermediario en los esfuerzos por detener los combates. Aunque Turquía es miembro de la OTAN —que respalda a Ucrania en la guerra—, su tambaleante economía depende de Rusia para el comercio y el país ha tratado de mantenerse en una postura intermedia.

Durante las reuniones, Turquía acordó ayudar a reconstruir las infraestructuras de Ucrania, incluidas las carreteras y los puentes. Zelenskyy pidió a Guterres que buscara el acceso de la ONU a los ciudadanos ucranianos deportados a Rusia, según el sitio web del presidente ucraniano.

Zelenskyy también solicitó la ayuda de la ONU para liberar a los soldados y médicos ucranianos capturados. Mientras tanto, en el campo de batalla, al menos 11 personas murieron y 40 resultaron heridas en los intensos ataques de misiles rusos contra la región ucraniana de Járkiv el miércoles por la noche y el jueves por la mañana, según las autoridades ucranianas.

El ejército ruso afirmó que había atacado una base de mercenarios extranjeros en Járkiv, matando a 90 personas. La parte ucraniana no hizo comentarios por el momento. Aumentando las tensiones internacionales, Rusia desplegó aviones de guerra con misiles hipersónicos de última generación en la región de Kaliningrado, un enclave rodeado por dos naciones de la OTAN.

La agenda de los tres líderes en Leópolis incluyó la central nuclear de Zaporiyia, controlada por Rusia, en el sur de Ucrania. Moscú y Kiev se han acusado mutuamente de bombardear el complejo y los enfrentamientos han hecho temer una catástrofe nuclear.

En su discurso nocturno del miércoles, Zelenskyy reafirmó su exigencia de que los militares rusos abandonen la planta, subrayando que «solamente la absoluta transparencia y el control de la situación» por parte, entre otros, del Organismo Internacional de Energía Atómica de la ONU, podrían garantizar la seguridad nuclear.

Volodymyr Zelenskyy, a la derecha, y el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres. Foto La Hora: Oficina de prensa de presidencia ucraniana via AP, Achivo.

Zelenskyy y Guterres acordaron el jueves los arreglos para una misión del OIEA a la planta, informó el sitio web del presidente ucraniano. De momento no estaba claro si Rusia aceptaría esos términos. Zelenskyy pidió a Guterres que garantice la seguridad de la planta, incluida su desmilitarización.

Las preocupaciones sobre la planta aumentaron el jueves cuando las autoridades rusas y ucranianas se acusaron mutuamente de conspirar para atacar el sitio y luego culpar a la otra parte.

A principios del mes, Erdogan se reunió en Rusia con el presidente ruso Vladimir Putin para hablar de los combates. Adicionalmente, el mes pasado, Turquía y la ONU ayudaron a negociar acuerdos que permitieran a Ucrania exportar 22 millones de toneladas de maíz y otros cereales en sus puertos del mar Negro, atascados desde que Rusia invadió el país el 24 de febrero. Los acuerdos también pretendían eliminar los obstáculos a las exportaciones de alimentos y fertilizantes rusos a los mercados mundiales.

La guerra ha agravado considerablemente la crisis alimentaria mundial, ya que Ucrania y Rusia son los principales proveedores de grano. Los países en vías de desarrollo se han visto especialmente afectados por la escasez y los altos precios y la ONU ha declarado a varias naciones africanas en peligro de hambruna.

 

Sin embargo, incluso con el acuerdo, únicamente una parte marginal del grano ucraniano destinado a la de exportación ha logrado salir. El Ministerio de Defensa turco dijo que desde los puertos ucranianos se han enviado más de 622.000 toneladas de grano desde que se alcanzó el acuerdo.

En una conferencia de prensa celebrada el jueves en Leópolis, Guterres alabó el éxito de los acuerdos de exportación de grano, pero añadió: «Queda un largo camino por recorrer antes de que esto se traduzca en la vida diaria de la gente en su panadería local y en sus mercados».

 

No se esperaba que las discusiones sobre el fin general de la guerra que ha matado a miles de personas y ha obligado a más de 10 millones de ucranianos a huir de sus hogares produjeran nada sustancial.

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