El presidente de México dijo el lunes que la suspensión de Estados Unidos de las importaciones de aguacate y las quejas ambientales recientes forman parte de una conspiración contra su país por intereses políticos o económicos.
El presidente Andrés Manuel López Obrador planteó la teoría conspirativa después que las autoridades de Estados Unidos suspendieron las importaciones de aguacate mexicano en la víspera del Super Bowl luego de una amenaza contra un inspector estadounidense de sanidad en una planta mexicana.
De hecho, la decisión de Estados Unidos se debió a años de preocupaciones de que la violencia de los cárteles del narcotráfico en el estado occidental de Michoacán —donde el crimen organizado exige dinero a los productores de aguacate por medio de amenazas de secuestro y asesinato— ha llegado a amenazar a los inspectores estadounidenses.
Por un lado, López Obrador minimizó la medida, afirmando que para el día del Super Bowl los aguacates ya habían sido enviados y consumidos.
“Lo cierto es que ya se exportó el aguacate mexicano”, aseveró durante su sesión informativa diaria. “Ya se saborearon el aguacate”.
Por el otro, dijo que los productores que deseaban competir con los productos mexicanos, o por factores políticos, jugaron un papel en la decisión.
“En todo esto hay también muchos intereses económicos, políticos, hay competencia, no quisieran que el aguacate mexicano entrara a Estados Unidos o predominara por su calidad en Estados Unidos”, sostuvo.
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— Diario La Hora (@lahoragt) February 13, 2022
El mandatario no explicó cuáles son tales intereses, pero señaló que “hay otros países interesados en vender el aguacate, como es el caso con otras hortalizas. Entonces hacen lobby, es decir, buscan a senadores, buscan a profesionales públicos, a las agencias para saltar obstáculos”.
De hecho, Estados Unidos produce aproximadamente la mitad de los aguacates que consume y trabaja para proteger los cultivos en su territorio de enfermedades, e inspecciona los aguacates importados, cerca de 90% de los cuales provienen de México en años recientes.
Fue hasta 1997, que Estados Unidos levantó una veda a los aguacates mexicanos vigente desde 1914 para evitar que una variedad de gorgojos, costras y plagas ingresaran a los huertos estadounidenses.
Los inspectores trabajan para el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (APHIS) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).
El sábado, el gobierno estadounidense suspendió todas las importaciones de aguacates mexicanos “hasta nuevo aviso” después de que uno de esos inspectores en México recibió una amenaza, dijo.
En un comunicado, la Secretaría de Agricultura de México señaló que “la autoridad sanitaria estadounidense… tomó la determinación luego de que uno de sus oficiales, quien realizaba la labor de inspección en Uruapan, Michoacán, recibió una llamada de amenaza a su teléfono celular oficial”.
Los productores de aguacate en México han sido víctimas de las batallas territoriales y extorsiones de los cárteles de la droga en Michoacán, el único estado en México con autorización plena para exportar al mercado estadounidense. Después de un incidente similar en 2019, la USDA advirtió a México que suspendería el programa si no se garantizaba la seguridad de los inspectores.
Pero el veto al aguacate es tan solo la más reciente de varias sanciones actuales o potenciales registradas la semana pasada a las exportaciones mexicanas a raíz de la incapacidad del gobierno de México para detener actividades ilegales.
El jueves, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) presentó una queja ambiental contra México por no detener la pesca ilegal para proteger la vaquita marina, la marsopa más pequeña del mundo y que se encuentra en serio peligro de extinción.
Y el lunes, a barcos de pesca mexicanos “se les prohibió ingresar a puertos de Estados Unidos, se les negará el acceso y los servicios del puerto”, sostuvo la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés) en respuesta a la práctica de años de botes mexicanos de pesca ilegal de pargo rojo en aguas estadounidenses en el Golfo de México.
López Obrador desestimó esas medidas como parte de la misma conspiración.
“Si no es por esto, es por la vaquita marina, por los delfines. Pero en realidad siempre hay detrás un interés económico, comercial o una actitud política”, afirmó el presidente de México.
López Obrador ha sido acusado de desdeñar las normas ambientales y ha criticado a grupos ambientalistas y cívicos extranjeros o sin fines de lucro.