En esta imagen de archivo, el Papa Francisco asiste a una audiencia en el Vaticano. Foto La Hora/AP/Domenico Stinellis.

El Papa Francisco reiteró hoy su llamado a que Europa reciba e integre a los migrantes, cuya diversidad, dijo, renueva las ciudades europeas como un «bello mosaico que no se debe dañar o corromper con prejuicios u odio».

Francisco no mencionó la crisis en curso en la frontera oriental de Polonia al recibir a grupos misioneros europeos que asisten a una reunión de la fundación Migrantes de la Conferencia Episcopal Italiana. Cientos, posiblemente miles, de solicitantes de asilo están varados en la frontera entre Bielorrusia y Polonia mientras se intensifica un enfrentamiento político entre los dos países. La mayoría de esos migrantes provienen del Medio Oriente.

El Papa habló sobre todo de la migración italiana y recordó su propia historia como descendiente de migrantes italianos a Argentina, pero la historia, agregó, deja en claro que Europa es el hogar común de muchos y pidió que «revitalice hoy su vocación de solidaridad y subsidiariedad».

«La misma Iglesia en Europa no puede dejar de tener en cuenta los millones de emigrantes italianos y extranjeros que renuevan el aspecto de ciudades y países», dijo. El sueño de una Europa unida y diversa «es un bello mosaico que no se debe dañar o corromper con prejuicios u odio velados por la respetabilidad».

Francisco suele insistir en la necesidad de que los países europeos acojan e integren a los refugiados. En una ocasión llevó consigo a una decena de musulmanes sirios cuando visitó un campamento de refugiados en Lesbos, Grecia, en 2016. El Papa prevé regresar a Lesbos a principios de diciembre.

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