RICHMOND, Virginia, EE.UU. / AP
Virginia y Nueva Jersey escenificaban el martes reñidas elecciones por las gubernaturas en las que los aspirantes demócratas se ubicaban apenas detrás de sus rivales republicanos en dos estados que el presidente Joe Biden ganó con facilidad hace un año.
Cerca de la media noche, todavía era imposible declarar a un ganador. A medida que el cómputo de votos avanzaba, ambas contiendas continuaban muy parejas.
En Virginia, el demócrata Terry McAuliffe pronunció un discurso ante partidarios en los suburbios de Washington en el que se comprometió a “contar todos estos votos”. Kristin Davison, colaboradora del republicano Glenn Youngkin, apareció en otro acto y señaló que su equipo de campaña continuaría dando seguimiento a los votos entrantes y estaba satisfecha con el aparente rumbo de los resultados.
Por su parte, en Nueva Jersey, el gobernador Phil Murphy, intentaba ganar la reelección frente al ex asembleísta estatal Jack Ciattarelli en una contienda en la que todvía tampoco se perfilaba un ganador. De obtener la victoria, Murphy se convertiría en el primer gobernador demócrata en ser reelegido en el estado en los últimos 44 años.
De cualquier forma, los resultados podrían ser interpretados como una evaluación adelantada de Biden, quien ganó Virginia el año pasado con una cómoda ventaja de 10 puntos porcentuales y se llevó Nueva Jersey con gran facilidad. Lo apretado de las contiendas indican lo mucho que han cambiado las fortunas políticas del partido en tan poco tiempo,
La Casa Blanca se ha visto afectada en los últimos meses por la caótica salida de las fuerzas estadounidenses de Afganistán, una recuperación económica por momentos accidentada en medio de la pandemia y una agenda legislativa en peligro de estancarse en el Capitolio.
Una derrota en Virginia, que iría en contra de las victorias demócratas durante más de una década, profundizaría en particular el sentido de alarma al interior del partido con vistas a las elecciones parlamentarias del año entrante, en las que estará en juego el control del Congreso. Sin embargo, Biden manifestó optimismo durante la jornada y reconoció que “las elecciones no presidenciales ni legislativas siempre son impredecibles”.
“Creo que vamos a ganar en Virginia”, declaró Biden en conferencia de prensa en Escocia, donde asistía a una cumbre internacional sobre el clima. “No creo, y no he visto prueba alguna de ello, de si mi gestión buena o mala, o la aprobación o no de mi agenda, tendrá una repercusión real en los triunfos o las derrotas”.
En otra parte, el demócrata Eric Adams ganó la elección para alcalde en la Ciudad de Nueva York, y una pregunta en la papeleta impulsada por los principales progresistas fue derrotada en Minneapolis. Se pretendía reconfigurar al departamento de policía de la ciudad, donde el asesinato de George Floyd el año pasado desató amplias manifestaciones a favor de la justicia racial en todo el país.