Las banderas estadounidenses destacaron en la iglesia Bayside, en Roseville, California. Foto La Hora/Renee C. Byer/The Sacramento Bee vía AP

Dolientes en California asistieron este sábado a servicios religiosos para despedirse de tres infantes de marina que perecieron el mes pasado en el atentado con bomba en Afganistán.

Parientes y amigos del cabo de primera clase Kareem Nikoui colmaron una iglesia en Riverside para homenajear la vida del infante de marina de 20 años, de Norco.

Nikou fue uno de los 13 efectivos estadounidenses que perdieron la vida con 160 civiles afganos en el atentado con bomba que un atacante suicida perpetró el 26 de agosto en el aeropuerto de Kabul en Afganistán.

 

Nikoui envió videos a su familia horas antes de que muriera en los que se le ve interactuando con niños en Afganistán.

Phil Wozniak, pastor de la Iglesia Hermandad de la Gracia en Norco, dijo que Nikoui llevó a tres familias a lugar seguro y regresó al aeropuerto para rescatar a un niño cuando estalló la bomba.

«No me sorprende que fueran sus últimos momentos», señaló su hermana Shyler Chappel.

En otro servicio en Palm Springs en memoria del cabo Hunter López, de 22 años, los dolientes destacaron su último acto heroico: rescatar a niños de entre una multitud antes de que muriera por la explosión.

«Murió como un héroe salvando las vidas de quienes no conocía», dijo el sheriff del condado Riverside, teniente Tim Brause.

Lopez fue parte de un equipo especial de respuesta a crisis enviado a proteger y ayudar a funcionarios del Departamento de Estado a evacuar a miles de estadounidenses y refugiados afganos que huían del Talibán a medida que la guerra de 20 años llegaba a su fin, según el periódico Riverside Press Enterprise.

Tenía pensado seguir los pasos de sus padres y emprender una carrera policial después de su despliegue militar.
En el norte de California, la tía de la sargento Nicole Gee destacó la icónica fotografía de su sobrina que mece a una bebé afgana entre sus brazos.

Cheryl Juels dijo a dolientes reunidos en la iglesia Roseville que la imagen fue tomada casi al final de un turno de trabajo en el que no había dormido cuando alguien le entregó a la bebé.

Para tranquilizar a la bebé en medio del caos en el aeropuerto, Gee soplaba con suavidad a la cara de la bebé y le sonreía.

«Ella amaba hacer cosas positivas y honestamente habría dado su vida por esa sola bebé», agregó.

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