El primer Gabinete del presidente peruano Pedro Castillo asiste hoy al Parlamento opositor para conseguir la aprobación que le permita seguir en el cargo.
La presentación de los 19 ministros es el primer desafío del nuevo gobierno izquierdista en medio de la pandemia de coronavirus tras un quinquenio inestable en el que Perú tuvo cuatro presidentes y un Congreso disuelto por un mandatario que luego fue destituido.
La policía colocó rejas alrededor del Parlamento mientras medio centenar de simpatizantes gubernamentales gritaban de forma pacífica a favor del gabinete con carteles con el rostro de Castillo junto a un lápiz, símbolo del partido oficialista Perú Libre.
Según la ley peruana los ministros deben recibir la aprobación de la mitad más uno de los legisladores que asisten a la sesión. Perú tiene un Congreso unicameral de 130 integrantes. Si asisten los 130 legisladores, el gabinete debe obtener al menos 66 votos. El oficialismo y sus aliados podrían sumar 49 votos, por lo que deben esperar el apoyo de dos partidos centristas. Tres fuerzas derechistas que tienen 43 votos han anunciado su voto en contra.
La fuerza opositora en el Parlamento al gabinete de Castillo provocó hace nueve días la renuncia del entonces canciller Héctor Béjar, un sociólogo izquierdista. Béjar fue reemplazado por el diplomático Oscar Maúrtua, que ya había ejercido el cargo entre 2005 y 2006.
La oposición, que dirige la mesa directiva del Parlamento, pidió más cambios, pero el mandatario advirtió el martes que no haría más rotaciones. «Nosotros veremos en qué momento vamos a hacer algunos cambios», indicó Castillo, un maestro rural de 51 años.
Los legisladores derechistas han pedido la cabeza del primer ministro Guido Bellido, investigado por la fiscalía por su supuesta simpatía con el grupo terrorista Sendero Luminoso, algo que la autoridad ha rechazado. También reclaman el cambio de otros ministros por varias razones que incluyen denuncias policiales, posturas ideológicas y posible falta de experiencia técnica para ejercer el cargo.
Se estima que la sesión será extensa.
En caso de que el Congreso rechace al gabinete, el primer ministro debe renunciar y el presidente tiene que recomponer su equipo. Si el Parlamento vuelve a denegar la confianza a los nuevos ministros, el mandatario podría disolver el Legislativo, una posibilidad aún lejana.
Castillo inició su gestión el 28 de julio con la aprobación más baja en comparación con otros presidentes en 20 años. Según la firma Ipsos, el mandatario suma 38% de popularidad.
El gobierno de Castillo finalizará en 2026.