Bomberos de CalFire y reclusos del Centro Correccional de California (CCC) combaten un incendio a un costado de la carretera CA-36 entre Chester y Westwood en el condado Plumas, California. Foto: La Hora/AP/Eugene García.

QUINCY, California, EE.UU. / AP

Johnnie Brookwood nunca había escuchado de un camino con el nombre de Dixie cuando se originó un incendio forestal hace un mes en los bosques del norte de California.

En cuestión de tres semanas, se convirtió en el mayor incendio forestal en activo en Estados Unidos, destruyendo más de 1.000 residencias y negocios, incluyendo una posada en Greenville —un pueblo de la era de la fiebre del oro— donde alquilaba una habitación por 650 dólares al mes.

“Al principio, el incendio no nos afectó en lo absoluto, estaba en un lugar llamado Dixie, ni siquiera sabía lo que eso significaba”, dijo Brookwood, de 76 años, el sábado. “Y luego fue ‘Oh no, ¿también tenemos que irnos?’ No creo que Greenville se vaya a quemar, y luego se quemó y ahora solo quedan cenizas”.

Los bomberos enfrentaron el sábado “otro día crucial” mientras las tormentas eléctricas dirigían las llamas en dirección a otras dos localidades no muy lejos de donde el Incendio Dixie destruyó buena parte de Greenville la semana pasada.

Las tormentas eléctricas, que comenzaron el viernes, no han dejado muchas lluvias pero si han traídos fuertes vientos y truenos, obligando a las cuadrillas a concentrarse en el uso de excavadoras para trazar trincheras que eviten que las llamas lleguen a Westwood, una localidad de cerca de 1.700 habitantes. Westwood recibió órdenes de evacuación el 5 de agosto.

Las ráfagas de viento de hasta 80 km/h (50 mph) también acercaron el incendio a Janesville, una comunidad de unas 1.500 personas al este de Greenville, dijo Jake Cagle, director de operaciones en la zona este del incendio.

“Un día muy complicado el de ayer en la tarde, y la cuadrilla nocturna continuó con las labores e intentó asegurar el perímetro lo mejor posible con los recursos disponibles”, dijo en un comunicado el sábado.

Con un pronóstico similar de tormentas eléctricas para el sábado, los bomberos enfrentaban “otro día crucial, otro día complicado”, declaró Cagle.

El incendio es uno de más de 100 de gran magnitud en más de una decena de estados del oeste del país, avivados por condiciones áridas y de altas temperaturas que han convertido bosques, matorrales y humedales en cenizas.

El Servicio Forestal de Estados Unidos señaló que opera en condiciones críticas, desplegando bomberos a tiempo completo y agotando su sistema de apoyo.

Los cerca de 21.000 bomberos federales que combaten incendios desde el suelo son más del doble del número de bomberos dispuestos a estas labores hace un año, dijo Anthony Scardina, de la oficina de la región del pacífico suroeste de la agencia.

Tan solo más de 6.000 bomberos tratan de sofocar el incendio Dixie, que ha arrasado con cerca de 2.100 kilómetros cuadrados (845 millas cuadradas) —un área del tamaño de Tokio— y que se encuentra contenido en 31%.

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