Un barco de una oenegé española terminó de descargar el sábado 200 toneladas de víveres para la población de Gaza, al borde de la hambruna por la guerra entre Israel y Hamás, que negocian una tregua.
Pese a las negociaciones, Israel mantiene su arrolladora ofensiva contra el territorio palestino.
El Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, gobernada por Hamás, informó que 36 miembros de una misma familia murieron el viernes por la noche en el campo de refugiados de Nuseirat (centro) en una «noche sangrienta» marcada por 60 bombardeos israelíes.
«Estos son mi madre, mi padre, mi tía y mis hermanos», dijo a la AFP Mohamad Al Tabatibi, de 19 años, mostrando los cuerpos alineados en el hospital Al Aqsa de Deir al Balah. «No sé por qué nos bombardearon», añadió el muchacho, que logró salir vivo, con una herida en la mano izquierda.
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Decenas de personas se congregaron en el hospital en torno a los cadáveres, entre ellos los de al menos dos niños pequeños, envueltos en bolsas mortuorias o en simples sábanas blancas, según imágenes de la AFP.
El ejército israelí indicó a la AFP que había llevado a cabo un ataque contra «dos terroristas del batallón ‘Nuseirat’ de Hamás» y que «aún se estaban examinando las circunstancias del incidente».
* Negociaciones en vista –
La esperanza de un acuerdo se reavivó después de que Hamás rebajara sus exigencias.
El movimiento islamista exigía inicialmente un alto el fuego definitivo y un canje de rehenes en sus manos por presos palestinos en Israel, a razón de 100 presos por rehén. Pero ahora propone una tregua de seis semanas y liberar a 42 rehenes israelíes -mujeres, niños, ancianos y enfermos- a cambio de la excarcelación de 20 a 50 palestinos por rehén.
Hamás exige además la «retirada del ejército de todas las ciudades y zonas pobladas», el «regreso sin restricciones de los desplazados» por la guerra y la entrada diaria de al menos 500 camiones de ayuda humanitaria a Gaza, indicó a la AFP uno de sus dirigentes.
La oficina del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu anunció que enviará una delegación a Catar, en el marco de las negociaciones de canje de rehenes por presos.
* «No ven bebés de tamaño normal» –
Israel también impuso a Gaza un estricto cerco que ha sumido a los gazatíes al borde de la hambruna, sobre todo en el norte, devastado por la guerra, alertó la ONU.
El barco de la oenegé española Open Arms, que zarpó el martes de Chipre con 200 toneladas de víveres de la organización World Central Kitchen (WCK), llegó el viernes a Gaza y terminó de descargar la ayuda el sábado.
La carga «está siendo preparada para ser distribuida», indicó WCK, fundada por el chef español José Andrés.
El buque de Open Arms fue sometido a «un control de seguridad completo», indicó el ejército israelí.
Ese navío inauguró una ruta marítima abierta por la Unión Europea.
Chipre anunció la partida inminente de otro navío, con 240 toneladas de alimentos, pero WCK indicó que las condiciones meteorológicas previstas «desde el domingo hasta fines de la semana próxima» retardarán con toda probabilidad el envío.
Alemania anunció por su parte que su fuerza aérea realizó un lanzamiento por aire de ayuda al norte de Gaza.
La comunidad internacional y las oenegés advierten que la ayuda enviada por mar o desde el aire serán siempre muy inferiores a las que puedan encaminarse por tierra.
Esta última entra en Gaza por el sur del territorio, fronterizo con Egipto, tras ser inspeccionada por Israel, pero sigue siendo insuficiente para cubrir las necesidades de sus 2,4 millones de habitantes.
«Quiero [ayuda] para mis hijos. Quiero que vivan y no mueran de hambre. Sólo comen plantas silvestres, no hay pan», declaró a la AFP Abu Isa Ibrahim Filfil, un palestino que espera ayuda.
La situación es tan dramática que «los médicos ya no ven bebés de tamaño normal», deploró el viernes Dominic Allen, responsable para los territorios palestinos del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
* «Planes de acción» en Rafah –
La guerra se desencadenó el 7 de octubre, cuando una incursión de comandos procedentes de Gaza mataron a 1.160 personas, en su mayoría civiles, en el sur de Israel, según un recuento de la AFP basado en datos oficiales israelíes.
Además, secuestraron a unas 250 personas, un centenar de las cuales fueron liberadas durante una tregua de una semana a fines de noviembre. Israel estima que 130 permanecieron cautivas y que 32 de ellas habrían muerto.
En respuesta, Israel prometió «aniquilar» a Hamás y lanzó una ofensiva aérea y terrestre contra Gaza que hasta el momento dejó 31.553 muertos, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del territorio.
Mientras se negocia entre bastidores una tregua, Netanyahu aprobó «los planes de acción» del ejército para llevar a cabo una operación terrestre en Rafah, en el extremo sur de la Franja y fronteriza con Egipto, donde según la ONU se hacinan 1,5 millones de personas, en su mayoría desplazados de guerra.
«El ejército israelí está listo para la parte operativa y para la evacuación de la población», indicó la oficina del jefe de gobierno.
La operación, que genera preocupación incluso entre los aliados de Israel, podría desencadenarse tanto en ausencia de un acuerdo de tregua como después de una eventual pausa de seis semanas en los combates.
Estados Unidos indicó que no apoyaría ningún plan sin propuestas «creíbles» para proteger a los civiles.
El jefe de la Organización Mundial de Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, exhortó a Israel a renunciar, «en nombre de la humanidad», a sus planes de invadir Rafah.