El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este jueves que su gobierno impugnara el fallo de la Suprema Corte que declara inconstitucional una legislación a favor de la empresa estatal de energía eléctrica CFE.
«Claro que se va a impugnar», dijo el mandatario en su habitual conferencia de prensa, acusando al Poder Judicial de resolver «amparos a favor de empresas particulares, extranjeras».
La Suprema Corte de Justicia echó abajo el miércoles la Ley de la Industria Eléctrica (LIE) impulsada por el presidente en su cruzada por retomar control estatal del sector energético y reducir la participación privada.
«¿Cómo vamos a aceptar el predominio del poder particular por encima del poder público?», enfatizó el mandatario.
@politicomx Luego de que la Corte declaró inconstitucional la reforma eléctrica promovida por López Obrador, que buscaba favorecer a la CFE, el presidente reclamó a los ministros, pues afirmó que, «esto demuestra el entreguismo que hay en el Poder Judicial y por eso urge reformarlo». #reformaelectrica #amlo #lopezobrador #poderjudicial #scjn #supremacorte #news #política #fyp #foryou
La Ley activó controversias con Estados Unidos y Canadá, en el marco del tratado comercial T-MEC, y tensó las relaciones con España.
La sentencia judicial de la Suprema Corte considera que la reforma «vulnera los principios de competencia, libre concurrencia y desarrollo sustentable» de la industria, establecidos en la Constitución desde 2013.
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LÓPEZ OBRADOR CONTINUARÁ CON LA PROPUESTA
Pese al fallo, López Obrador continuará buscando que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) «se considere como una industria estratégica de interés público», y anunció que la próxima semana enviará una iniciativa de reforma constitucional en esa materia.
Con esa propuesta legislativa, López Obrador confirmó que se busca que la CFE «se quede con el 54%» del mercado nacional de energía eléctrica.
El gobierno izquierdista de López Obrador ha logrado avances en su agenda energética como la compra, anunciada en abril pasado, de 13 plantas de generación eléctrica al gigante español Iberdrola por 6.000 millones de dólares, una operación que el mandatario celebró como «una nueva nacionalización» del sector.