El candidato a la presidencia Rodolfo Hernández. Foto/AP.

 

Ante un auditorio lleno de industriales, Rodolfo Hernández, un outsider millonario que puede ser electo presidente de Colombia en unos días, lanza una advertencia apocalíptica: la pobreza que alcanza a casi 40% de la población puede desencadenar una violenta lucha de clases. «Si esos muchachos (pobres) algún día deciden atacarnos no van alcanzar los árboles para que nos cuelguen», dice el candidato presidencial de 77 años durante un encuentro con cultivadores de palma africana.

Una risa incómoda invade a los asistentes. «Necesitamos vivir como hermanos, yo no estoy diciendo que iguales; iguales nunca vamos a ser, eso es imposible, pero sí mejorar a la gente de abajo», propone a los empresarios. Ni de derecha, ni de izquierda, tampoco de centro: Hernández, que sorprendió a muchos al desafiar los sondeos para entrar en la segunda vuelta, se presenta como un exitoso empresario capaz de generar y distribuir riqueza.

A diferencia de su rival en el balotaje, el senador y exguerrillero Gustavo Petro, cree que puede hacerlo sin robustecer el Estado. Por el contrario, plantea recortar impuestos y burocracia, por ejemplo a través del cierre de unas 30 embajadas, y apoyar al sector privado para que cree más empleos.

Hernández habló con la AFP sobre la tensión que vive el país tras el sangriento estallido social del año pasado, y la relación que entablará con el Congreso de llegar a la presidencia. El independiente cuenta apenas con dos de los casi 300 legisladores.

 

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