El presidente, Joe Biden, concluyó con el encuentro virtual de dos días. Foto La Hora/AFP

El presidente Joe Biden concluyó el viernes su Cumbre por la democracia promocionando a Estados Unidos como un defensor de los valores democráticos en el mundo, pero recibió duras críticas de China y Rusia, excluidas del encuentro, y también del frente interno.

«Estamos afirmando los valores democráticos que están en el corazón de nuestro sistema internacional y que han sido los elementos fundamentales, durante décadas, del crecimiento y la prosperidad globales», dijo Biden al clausurar la cita de dos días, realizada por videoconferencia por la pandemia de covid-19.

«Y estamos comprometidos a trabajar con todos los que comparten esos valores para dar forma a las reglas del camino que regirán nuestro progreso en el siglo XXI», añadió, subrayando que la democracia «no conoce fronteras» y «habla todos los idiomas».

Biden prometió que Estados Unidos apoyará a «quienes dan a su gente la capacidad de respirar libremente, no a los que buscan asfixiarla con mano de hierro».

El presidente estadounidense ha dicho muchas veces que el mundo está llegando a un «punto de inflexión» en una lucha entre autocracias en crecimiento y democracias cada vez más criticadas.

 

En el primer día de la cumbre, que reunió a unos 100 gobiernos y representantes de la sociedad civil, Biden prometió destinar 424 millones de dólares para apoyar la libertad de prensa, elecciones limpias y campañas anticorrupción.

«Más que nunca, la democracia necesita paladines», dijo.

Pero mientras Biden acogía la cita frente a una pared de pantallas de televisión en la Casa Blanca, su rival China se burlaba del encuentro con propaganda, incluida una canción de rap en inglés que decía que los estadounidenses «venden democracia como venden Coca-Cola».

China y Rusia, líderes supremos del campo de las autocracias según Biden, reaccionaron con enojo, acusando a Biden de avivar las divisiones ideológicas propias de la Guerra Fría.

El gobierno chino se molestó especialmente porque Taiwán, una isla gobernada democráticamente que China considera una región separatista, sí fue invitada.

Pero Pekín recibió un espaldarazo en medio de la cumbre, cuando Nicaragua, que tampoco fue invitado a la reunión, rompió relaciones diplomáticas con Taiwán, diciendo que reconocía «una sola China».

El anuncio dejó a Taiwán con sólo 14 aliados diplomáticos, justo cuando el Departamento de Estado estadounidense pide a «todos los países que valoran las instituciones democráticas» que «amplíen el compromiso» con la isla.

 

ESCEPTICISMO

La enfática defensa de la democracia de Biden también tuvo una recepción mixta en Estados Unidos.

Por un lado, los críticos republicanos dicen que el mandatario demócrata no fue lo suficientemente duro con China u otros adversarios.

«En los primeros 11 meses de Joe Biden en el cargo, fracasó en defender la libertad en el mundo y cedió a quienes quieren desmantelarla, envalentonando a nuestros enemigos y socavando nuestra posición en el extranjero», dijo el Comité Nacional Republicano en reacción a sus comentarios el viernes.

 

En otro extremo del espectro político, Daniel Ellsberg, famoso por filtrar los Papeles del Pentágono, un informe que expuso mentiras del gobierno sobre la guerra de Vietnam arremetió contra la administración Biden por buscar la extradición del fundador de Wikileaks, Julian Assange.

Washington quiere que Assange sea enjuiciado por la publicación de WikiLeaks en 2010 de documentos militares clasificados relacionados con sus guerras en Afganistán e Irak.

El gobierno de Estados Unidos logró el viernes una importante victoria judicial que allanó el camino para que el australiano de 50 años sea enviado desde el Reino Unido.

«¿Cómo se atreve Biden a dar una conferencia en la Cumbre por la Democracia mientras se niega a perdonar» a Assange, tuiteó Ellsberg, acusando a Biden de «matar la libertad de prensa en aras de la ‘seguridad nacional'».

Otra sombra se cierne sobre la democracia en Estados Unidos: la negativa del expresidente republicano Donald Trump a aceptar que perdió las elecciones presidenciales de 2020, y el trauma por el asalto al Congreso de sus partidarios para impedir la certificación del triunfo de Biden.

El llamado de Biden a defender la democracia choca con el escepticismo de muchos.

Según una encuesta del Pew Research Center, solo el 17% de los consultados en 16 economías avanzadas «considera que la democracia estadounidense es un buen modelo a seguir para otros países». Y otro 57% «piensa que solía ser un buen ejemplo, pero no lo ha sido en los últimos años».

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