Previamente estos migrantes eran colocados en campamentos en México. Foto La Hora/AFP

Dos migrantes, uno centroamericano y otro de Sudamérica, fueron este miércoles los primeros solicitantes de asilo en ser devueltos por Estados Unidos a la mexicana Ciudad Juárez (norte) tras la reactivación esta semana del programa «Quédate en México», informaron autoridades.

Los dos hombres, vestidos de azul y gris, fueron entregados por agentes de la Patrulla Fronteriza estadounidense del sector El Paso a personal del Instituto Nacional de Migración (INM), en el puente internacional Stanton-Lerdo, uno de varios cruces entre los estados de Texas (EEUU) y Chihuahua (México).

«Quédate en México», como se conoce popularmente a los Protocolos de Protección al Migrante (MPP, por su sigla en inglés), fuerza a los solicitantes de asilo a esperar la resolución de su pedido en territorio mexicano.

En México deben esperar la resolución de sus casos. Foto La Hora/AFP

El programa, instaurado en enero 2019 por el expresidente estadounidense Donald Trump, se mantenía suspendido desde que Joe Biden llegó a la Casa Blanca en enero de 2021.

Pero un juez federal de Texas ordenó en agosto su restablecimiento, sentencia que fue ratificada semanas después por la Suprema Corte estadounidense.

Más de 71.000 solicitantes de asilo fueron enviados a México con el MPP, casi 23.000 de ellos a Ciudad Juárez.

El coordinador estatal de atención a migrantes de Chihuahua, Enrique Valenzuela, confirmó que se trató de dos varones cuyos casos fueron evaluados por autoridades estadounidenses.

El INM, por su parte, les otorgará documentación para poder permanecer y trabajar en México mientras aguardan su proceso en Estados Unidos, dijo Valenzuela a la AFP.

Ambos migrantes subieron el puente internacional acompañados de agentes estadounidenses, pero autoridades mexicanas no los recibieron inicialmente porque no contaban con certificados médicos.

Una vez cubierto el requerimiento ingresaron al país y fueron trasladados a un albergue municipal por personal de la Organización Internacional para las Migraciones de Naciones Unidas (OIM), que les proporcionó información, alimentos y pruebas de detección de coronavirus, según detalló en un comunicado.

La OIM insistió en la urgencia de terminar «lo antes posible y de manera definitiva» con este programa al que considera «inhumano y contrario al derecho internacional».

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