En la imagen los candidatos a la presidencia, Sandra Torres del partido UNE, Edmond Mulet del partido Cabal y Zury Ríos del partido Valor-Unionista. Foto La Hora

La exclusión definitiva de Carlos Pineda, Roberto Arzú y Thelma Cabrera obliga, por supuesto, a un reacomodo electoral porque se trata de tres candidaturas que los estudios de opinión reportaban con más intención de voto que muchos del pelotón, tanto así como para suponer que al menos uno de ellos podía superar al resto de los participantes. Ello obliga a un reacomodo, tanto en la mente del elector como en la de quienes vienen realizando pactos para garantizarse la continuidad de la impunidad y más que campaña, eso será lo decisivo en las próximas semanas.

Es obvio y fuera de discusión que el oficialismo con Manuel Conde no tiene mayor futuro y que luego de haber pactado con Sandra Torres para librarla de la cárcel y permitirle participar, se habían decantado por Zury Ríos quien no levanta vuelo como se esperaba. Hay alianzas que en vez de atraer votos las ahuyentan, como se ha podido notar en este proceso.

Hemos señalado que hay candidatos que no critican en absoluto a Giammattei y que repiten su letanía de falsas promesas electorales que sirvieron para cautivar a muchos incautos que creyeron en la palabra de un político. Y entre ellos, los que no lo lastiman ni con el pétalo de una rosa, está quien puede sustituir a Ríos Sosa como la carta bajo la manga de un oficialismo que no logró subir en las encuestas y, por supuesto, tampoco lo hará en las urnas.

Horas frenéticas de negociación se deben estar viviendo o se vivieron ya para armar el nuevo pastel que sea la garantía de impunidad para Giammattei y su círculo íntimo, razón de fondo para explicar la exclusión de las candidaturas existentes y, muy posiblemente, las intimidatorias acciones del muy útil Ministerio Público contra el candidato Mulet, lo cual habría que remediar.

Estamos a veintiséis días de las elecciones y el tiempo vuela en contra de quienes no pudieron, por más que pactaron, armar un proyecto electoral que les garantizara la impunidad que han gozado durante este período de Gobierno. Hay demasiada basura bajo la alfombra (es un simple eufemismo) y por lo tanto es indispensable llegar a acuerdos “serios” con quienes estén prestos y dispuestos.

Y queda en el ambiente el llamado al voto nulo que han hecho hasta ahora Pineda y Arzú, faltando de ver lo que disponga o haga la plataforma del MLP y Thelma Cabrera, en ese contexto las dificultades parecen agravarse y lo que parecía miel sobre hojuelas cuando se cerraron los pactos con Sandra Torres y Zury Ríos, hoy se ve turbio y complejo.

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