Oficialmente han quedado inscritas 22 planillas para integrar el Concejo Municipal de la Ciudad de Guatemala, cantidad enorme pero que corresponde con el número de fuerzas políticas que participan en la contienda de este año. Hay rostros y personalidades para todos los gustos, pero lo que realmente importa es cuál es la propuesta de cada uno de los aspirantes para enfrentar los serios problemas de una metrópoli que ha crecido de manera impresionante sin disponer de la infraestructura capaz de proveer servicios eficientes a los vecinos.
El problema del tráfico es posiblemente el más visible por el agobio que significa para millones de personas el desplazarse por el área metropolitana y por el Municipio de Guatemala, concretamente. ¿Cuál es la propuesta de cada uno de esos 22 aspirantes para desatar el nudo gordiano que consume la vida de tanta gente y provoca tanto gasto de tiempo y dinero? Lo mismo se puede decir de temas como el abastecimiento de agua, tan escasa en muchos barrios, y que ahora descansa fundamentalmente en los pozos, que se excavan cada vez de manera más profunda porque el manto friático está mermando y solo Dios sabe cómo serán las cavernas que van quedando.
La disposición de la basura y de las aguas servidas es otro asunto de gran envergadura que demanda propuestas serias, concretas y ejecutables. Hace poco se supo que el Río Motagua es el mayor causante de contaminación por desechos plásticos de todo el mundo y mucho de ello proviene de la misma Capital de la República. El abastecimiento de los mercados, como el control del transporte colectivo, son temas en los que nadie repara a pesar de lo que significan para la vida de los habitantes del Municipio.
La lista de cosas por hacer es inmensa como inmenso y complejo es el entendimiento de los temas de urbanismo que deben ser centrales en la vida del municipio y que durante años quedaron archivados en algunos anaqueles de la Municipalidad. Por ello es que resulta tan importante recordar a los candidatos que no es con mantas y afiches como se resolverá el problema. Pueden ganar una elección, algunos de ellos, pero lo que se les exige y demanda es un plan concreto, serio y directo para atender los graves problemas urbanos. Deben decir qué entienden y piensan del Distrito Metropolitano, que ordena la Constitución sin que nadie haya movido un dedo para ejecutarlo, y cómo podrán interactuar con sus colegas de los Municipios vecinos para definir políticas conjuntas.
Palabras que se lleva el viento sobran en este proceso. Lo que el ciudadano quiere son propuestas claras, concretas y creíbles.