El retorno al país de los cadáveres de los 17 féretros con los cuerpos de nuestros compatriotas muertos en México. Foto La Hora: José Orozco.

 

Ayer fue un día muy especial por el contraste que reflejan dos hechos totalmente aislados pero con una profunda raíz conjunta. Por un lado la excelente noticia para la economía del país relacionada al incremento en el monto mensual de las divisas ocurrido durante el mes de marzo, al punto de haber alcanzado la cifra de 1,665.8 millones de dólares.

Pero al mismo tiempo que se difundía esa información se producía el retorno al país de los cadáveres de los 17 féretros con los cuerpos de nuestros compatriotas muertos en México tras ser detenidos arbitrariamente por el crimen de buscar el llamado sueño americano.

Son muchísimas las familias que viven de esas remesas enviadas a costa de mucho sudor y lágrimas y que permiten a las familias de los emigrados obtener bienes y servicios que estarían totalmente fuera de su alcance sin esos envíos mensuales y generan un nivel de comodidad que no existiría para millones de personas.

El contraste de ayer debe ser visto para no olvidar que ese beneficio para el país no es gratis y esos 17 féretros captados anoche en la lúgubre escena de la Fuerza Aérea Guatemalteca nos indican el sufrimiento que hay detrás de cada uno de esos dólares.

El tema de fondo es el análisis de cuáles son los factores que generan la migración y por qué cada día más gente emprende esa dura alternativa a pesar de la evidencia del altísimo riesgo que implica. Y tenemos que entender el impacto de una pobreza que, tristemente, se exacerba cuando aumenta la corrupción, las instituciones son débiles y la relación del Estado con el crimen es muy estrecha, toda vez que el Estado pierde su sentido de promover el bien común ayudando a la gente honrada a encontrar el bienestar en su propio terruño.

Hay muchos guatemaltecos que invierten y generan empleo que también se enfrentan a los bemoles de un sistema que privilegia el manoseo del presupuesto en beneficio de unos pocos, aunque se afecte a millones y ello provoque un estancamiento que no permite que se genere más desarrollo.

Y, peor aún, cuando lejos de atajar la corrupción se estimula con la existencia de un sistema que está funcionando para garantizar impunidad a quienes se alzan con el dinero ajeno.

Párrafo aparte requiere la condena al comportamiento de las autoridades mexicanas al encerrar con llave, condenando a muerte, a personas que estaban simplemente buscando salir de la miseria y la pobreza que significa esa ausencia de suficientes oportunidades para llevar el sustento a sus familias, situación que no cambiará mientras el erario siga siendo el botín de aquellos que saben cómo aprovechar las facilidades para vivir de la corrupción.

Hoy en el vecino país, la Fiscalía General de la República procedió penalmente contra el Director del Instituto Nacional de Migración por el incendio en el albergue.

Redacción La Hora

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