Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Nuevamente el Ministerio de Economía y las entidades satélites que giran a su alrededor, propician que la libra de pollo, especialmente la pierna y el cuadril, que como excedentes de bajo precio se importan del mercado norteamericano, suban de precio como mínimo un quetzal, tanto el pollo producido nacionalmente como el importado.
El general Miguel Ydígoras Fuentes, Presidente de la República, fue quien en su campaña política se comprometió a que el pollo no sería un artículo de lujo sino la proteína animal más barata que pudiera comer la totalidad de la población guatemalteca. Por ello, creó la Ley de Fomento Avícola que exoneró del Impuesto Sobre la Renta y demás gravámenes, durante diez años a la industria avícola, disposición que fue renovada por el Congreso de la República y que permitió hacer multimillonarias a las familias de Dionisio Gutiérrez, de Juan Luis Bosch, de Felipe Bosch y demás personas, quienes no solo son los mayores productores de carne de pollo, de huevos, de harina, de pastas, de concentrados, sino han diversificado sus inversiones de forma múltiple y gozan de privilegios económicos que solo la concentración de la riqueza de un país como el nuestro permiten a una familia tener numerosísimas propiedades residenciales más grandes que una casa presidencial, yates, aviones, helicópteros y cientos de personas a su servicio. Unido a lo anterior, cuentan con personal que al estar en planilla son deducibles de todos los impuestos y por consiguiente, de hecho, el 50% de sus ingresos y prestaciones son pagados de los impuestos que no tributan o que pagan los contribuyentes.

El cuadril y la pierna de pollo deberían estar exonerados de todo impuesto y si no lo están es porque, hábilmente, en el gobierno de Óscar Berger, los exportadores e importadores norteamericanos y guatemaltecos fijaron los aranceles del Tratado de Libre Comercio en esos productos elevados para su beneficio y no para el beneficio del pueblo consumidor.

Aun así, el gobierno de Guatemala puede decretar cuotas exoneradas de impuestos para que ese producto no suba de precio, evitando así la desnutrición y la falta de capacidad inquisitiva de los salarios, especialmente los salarios mínimos que comparados con los salarios mínimos de Estados Unidos revelan que nuestros trabajadores ganan en ocho horas al día, incluyendo prestaciones, lo que un trabajador gana en una hora en Nueva York o Chicago y otras ciudades de Estados Unidos.

Señores miembros del binomio presidencial, Jimmy Morales y Jafeth Cabrera, actúen, no vacilen, la Canasta Básica Alimenticia debe de bajar.

En los cuatro años que fui Vicepresidente de la República, fue tarea específica de mi cargo y del Gabinete Económico que presidí, el no permitir que subieran los insumos de la Canasta Básica, el hacer que los huevos, el pollo y todos los productos de esa canasta alimenticia fueran accesibles al 95% de la población guatemalteca. Esto crea molestias, críticas pero produce el reconocimiento de la población que sabe que en el gobierno del FRG, que presidió Alfonso Portillo, la Canasta Básica Alimenticia y los salarios mínimos fueron reajustados año con año y la necesidad de migrar hacia otros países fue menor y la pobreza y extrema pobreza no aumentó.

Cambiar a un ministro o a un viceministro se hace en un minuto, empobrecer al pueblo es algo grave.

¡Guatemala es primero!

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