
Guatemala es conocida por su impresionante cadena volcánica, alberga aproximadamente 288 estructuras de origen volcánico, de las cuales solo ocho han mostrado actividad histórica y tres se mantienen activas actualmente: los volcanes de Fuego, Pacaya y Santiaguito.
VOLCÁN DE FUEGO: UNA AMENAZA LATENTE
El Volcán de Fuego, ubicado entre los departamentos de Sacatepéquez, Escuintla y Chimaltenango, es uno de los más activos de Centroamérica. Su erupción más devastadora ocurrió el 3 de junio de 2018, causando la muerte de más de 300 personas y afectando a miles más.
Actualmente, el volcán presenta explosiones débiles a moderadas, con columnas de ceniza que alcanzan varios kilómetros de altura, lo que ha llevado a restricciones en el ascenso y permanencia en zonas cercanas.
VOLCÁN SANTIAGUITO: EL MÁS PELIGROSO DEL PAÍS
Situado en Quetzaltenango, el Volcán Santiaguito es considerado el más peligroso del país debido a su actividad constante y explosiva. Registra entre una y dos explosiones por hora, generando columnas de ceniza y flujos piroclásticos que representan un riesgo significativo para las comunidades cercanas.
Además, la caída de ceniza ha afectado cultivos en municipios de Quetzaltenango, Retalhuleu y Suchitepéquez, lo que ha llevado al monitoreo constante de estas áreas por parte del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA).
VOLCÁN DE PACAYA: ATRACTIVO TURÍSTICO CON PRECAUCIONES
El Volcán de Pacaya, ubicado en el departamento de Escuintla, es un destino popular para turistas debido a su accesibilidad y vistas impresionantes. Sin embargo, su actividad volcánica, caracterizada por desgasificación y emisión de vapor, requiere precaución. Las autoridades recomiendan a guías y visitantes evitar caminar sobre flujos de lava recientes y seguir las indicaciones de seguridad.
RECOMENDACIONES ANTE LA ACTIVIDAD VOLCÁNICA
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) y el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) emiten recomendaciones para la población:
Antes de un desastre (prevención y preparación):
- Infórmate con fuentes oficiales: Sigue los reportes del INSIVUMEH, CONRED, y medios noticiosos verificados.
- Conoce si vives en una zona de riesgo volcánico, y qué tipo de actividad puede presentarse (ceniza, lahares, erupciones explosivas, etc.).
- Ten lista una mochila de emergencia con: Agua potable y alimentos no perecederos. Linterna, radio con baterías y cargador portátil. Documentos importantes en una bolsa plástica. Botiquín de primeros auxilios y medicamentos necesarios. Ropa, mascarillas, gafas protectoras, silbato y gel antibacterial.
- Planifica rutas de evacuación y puntos de encuentro: Identifica rutas seguras hacia zonas altas y alejadas del volcán o barrancas.
- Haz simulacros familiares y comunitarios al menos 1 o 2 veces por año.
- Si tienes mascotas, considera cómo transportarlas y cuidarlas.
- Protege tu hogar: Refuerza techos y ventanas ante caída de ceniza.
- Ten agua almacenada y recipientes cubiertos.
- Asegúrate de tener a la mano números de emergencia: CONRED: 119, Bomberos Voluntarios: 122, Bomberos Municipales: 123, y Bomberos Departamentales: 1554.
Durante la emergencia (reacción inmediata):
- Sigue las instrucciones de las autoridades. No intentes grabar o acercarte al volcán.
- Evacúa si se ordena. Hazlo con calma y sin demoras.
- Evita zonas de riesgo como barrancas y ríos, especialmente por lahares (flujos de lodo volcánico).
- Si cae ceniza volcánica: Permanece en casa si es posible. Usa mascarilla o pañuelo húmedo sobre nariz y boca. Cubre alimentos y agua. Barre la ceniza con cuidado, sin levantar polvo. Protege tus ojos con lentes o gafas.
Después del desastre:
- No regreses a tu vivienda hasta que lo indiquen las autoridades.
- Limpia con cuidado. Humedece la ceniza antes de barrer para no respirar partículas.
- Verifica el estado de estructuras (techos, paredes).
- Apoya a los vecinos vulnerables: adultos, mayores, niños, personas con discapacidad.
- Permanece alerta a nuevas indicaciones, ya que algunos volcanes pueden tener erupciones secundarias.
La belleza natural de los volcanes de Guatemala es innegable, pero también lo es el riesgo que representan. La vigilancia constante, la preparación ante desastres son esenciales para mitigar los peligros asociados a la actividad volcánica y proteger a las comunidades vulnerables.
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