Álvaro Ramazzini, el único guatemalteco presente en el cónclave, cumple también con los requisitos para ser elegido como el sucesor del Papa Francisco.
El cardenal Álvaro Ramazzini, originario de Guatemala, ha llamado la atención no solo por su rol como uno de los cardenales encargados de elegir al próximo Papa durante el cónclave, sino también por la posibilidad de que sea elegido como el sucesor de Francisco.
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A sus 77 años, Ramazzini se encuentra dentro del rango de edad permitido para participar en el cónclave, ya que uno de los requisitos para ser cardenal con derecho a voto es tener menos de 80 años.
En este sentido, el cardenal guatemalteco cumple con todos los requisitos para ser considerado como un candidato para el pontificado, sumándose a los otros 132 cardenales que tienen la misma posibilidad.
La elección del Papa está en manos de los cardenales, y nada asegura de que Ramazzini sea elegido, sin embargo, su perfil destaca por ser guatemalteco y por su experiencia y dedicación al servicio de la Iglesia.
Como líder religioso comprometido con las causas sociales, especialmente en defensa de los derechos humanos y los más vulnerables, el cardenal guatemalteco podría ser una opción atractiva en el cónclave. Sin embargo, el resultado dependerá de los votos y la decisión de los cardenales, quienes elegirán al futuro Papa según sus propios criterios.
Él es Álvaro Ramazzini, el cardenal guatemalteco que puede participar en el cónclave
SOBRE RAMAZZINI
El Cardenal Álvaro Leonel Ramazzini Imeri, nacido el 16 de julio de 1947 en Ciudad de Guatemala, es un destacado líder religioso comprometido con la justicia social, la paz y los derechos humanos, especialmente de los indígenas, migrantes y personas vulnerables. Hijo de inmigrantes italianos, inició su formación sacerdotal en el seminario menor de Santiago y se especializó en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana.
Fue ordenado sacerdote en 1971 y nombrado obispo de San Marcos en 1988 por el Papa Juan Pablo II, donde promovió la dignidad de los trabajadores rurales y fundó la «Casa del Migrante». Luego, fue secretario general y presidente de la Conferencia Episcopal Guatemalteca.
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En 2012, el Papa Benedicto XVI lo trasladó a la diócesis de Huehuetenango, donde trabajó hasta 2021 en la promoción de la vocación sacerdotal y la expansión religiosa. En 2019, el Papa Francisco lo nombró cardenal, reconociendo su labor en la promoción de los derechos humanos y la justicia social.
Premiado con el «Paz y Libertad Pacem in Terris» en 2011, sigue siendo una figura clave en la Conferencia Episcopal Latinoamericana y continúa siendo un líder respetado, a pesar de las amenazas a su vida por su activismo. Su vida y misión sacerdotal se centran en la justicia social y los derechos humanos.
Con información de collegeofcardinalsreport.com**
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