Dana, la palabra del año 2024 elegida por la FundéuRAE, fue creada para reemplazar su expresión equivalente «gota fría», por la alarma que generaba esta última en los informes meteorológicos, pero tras los devastadores efectos del fenómeno en Valencia, quedó también asociada con la catástrofe vivida.
Al mencionar esta palabra trae de inmediato a la memoria el temporal y las graves inundaciones en el este y sur de España, especialmente en la Comunidad Valenciana, que dejaron más de 230 muertos, miles de damnificados y enormes pérdidas económicas y de infraestructuras, además de alimentar una agria polémica política que implicó al Gobierno central y al regional valenciano por la responsabilidad de sus respectivas gestiones.
Y, sin embargo, la dana, Depresión Aislada en Niveles Altos, no siempre está asociada a las lluvias torrenciales, ya que como recordaron a EFE portavoces de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) puede tener efectos muy diversos incluyendo desde olas de calor hasta la llegada de polvo africano en suspensión.
La poderosa fuerza del agua que todo lo arrasa a su paso. Impresionantes las imágenes de la DANA en Valencia, España. Se trata de una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA). El reporte oficial indica que hay fallecidos, pero todavía no se sabe cuántos.
Son imágenes pavorosas… pic.twitter.com/62ovvMJxgJ— Patricia Janiot (@patriciajaniot) October 30, 2024
La dana no es más que una masa de aire frío instalada en las capas altas de la atmósfera que, en un momento dado, es rodeada por aire más cálido y queda aislada de la circulación atmosférica: el fuerte contraste de temperaturas propicia la formación de cúmulos nubosos que terminan desencadenando precipitaciones intensas y localizadas.
Como su nombre indica, esta se ubica en niveles altos atmosféricos, por lo que, aunque se asemeja a una tormenta, no es lo mismo, puesto que esta se asocia con bajas presiones presentes en todos los niveles de la troposfera y suele lleva frentes asociados.
Por eso, las lluvias de las tormentas suelen ser más moderadas y extendidas en el tiempo, no tan violentas y peligrosas como las de las danas.
Un mes después de la dana, manifestantes demuestran su indignación por las autoridades
La creciente notoriedad que está adquiriendo el término en España llevó a plantear la posibilidad de empezar a poner un nombre a las sucesivas danas que azotan sobre todo el levante peninsular, como sucede con las tormentas.
Esa notoriedad no es tan obvia en la América hispanohablante, más preocupada por otros sucesos meteorológicos recurrentes en su zona, como los huracanes o los fenómenos atmosféricos provocados por El Niño o La Niña.
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