Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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Jorge Ubico, el último de los dictadores pre revolucionarios, cayó en julio de 1944 tras largos enfrentamientos con la sociedad guatemalteca, esto es, con el pueblo en general. Para seguir con la misma cantaleta pusieron a un títere militar, Federico Ponce, quien quería salvar lo insalvable y acrecentó la represión contra maestros, estudiantes, obreros, en general opositores políticos que eran realmente la gran mayoría del pueblo. Nada de eso detuvo el inicio de la hermosa revolución guatemalteca cuando un 20 de octubre se produjo un levantamiento militar que puso a una junta provisional de gobierno la que inmediatamente llamó a elecciones libres a través de una asamblea constituyente que redactó la Constitución de la Revolución. Esta revolución guatemalteca tenía por objetivo modernizar el Estado guatemalteco, que realmente era casi feudal. Desde el punto de vista económico se trataba de darle un espacio al emergente capitalismo. Desde un punto de vista político, se buscaba la democratización del país. 

Iniciaron los procesos de transformación democrática con la elección de Juan José Arévalo. Había entonces una visión clara de transformación, a diferencia de ahora. El primer gobierno revolucionario redefinió el escenario político, por lo que permitió más participación, especialmente de grupos marginados en las dictaduras. Los logros de la revolución han sido claramente documentados: La abolición del trabajo forzado y la creación del Código de Trabajo, una visión moderna del derecho laboral. Con este código y su práctica se abandona la concepción esclavista que iniciara el Reglamento de Jornaleros que obligaba a trabajar para finqueros y aun para el Estado gratuitamente o a cambio de mercancías. Aparece por primera vez la indemnización laboral. Imagínese Usted que en 1947 aparece el derecho a la organización sindical y el derecho a huelga. Entonces, el otrora sindicato de maestros era un verdadero gremio en pro de la democratización del país y no una cueva de ladrones como el actual. 

El otro logro es el seguro social a través del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, IGSS, el cual fue conceptualizado para cambiar el estado de cosas en materia de la defensa de la salud del pueblo de Guatemala. Para tal caso, el presidente Arévalo Bermejo solicitó un estudio de factibilidad y diagnóstico de la realidad social. Es a partir de estos estudios que se promueve una institución con una dirección multi institucional con representación del poder Ejecutivo, un representante del colegio de médicos, un representante del sector laboral, un representante de la Junta Monetaria y un representante de la Universidad de San Carlos. Al inicio el IGSS ofreció estudios de trabajador social. Durante décadas el IGSS ha sido fundamental para el resguardo de la seguridad social de los y las trabajadoras guatemaltecas. Esta ha sido una verdadera institución democrática que fue distorsionada en el transcurso del tiempo. En particular, el IGSS ha sido presa de la corrupción, esto es, otra institución cooptada por el mismo Pacto de Corruptos. 

El otro logro de la Revolución fue la autonomía de la Universidad de San Carlos y su reconceptualización como una universidad pública, laica, gobernada de forma democrática. Desde mi punto de vista el llamarle a la universidad de la revolución, Universidad de San Carlos, fue un error histórico porque no era la universidad católica eclesiástica fundada en Antigua Guatemala. Esta era una nueva Universidad, una universidad laica, conceptualizada como una verdadera universidad pública, cuyas funciones eran dirigir la educación pública superior del Estado. Además, se encargaba de difundir la cultura en sus diferentes expresiones, promover el alcance de la investigación en otros medios, cooperar al estudio y solución de los problemas nacionales. No está sujeta a las leyes normales, más bien se rige por su Ley Orgánica, estatutos y reglamentos. Imagine Usted la maravilla de institución democrática que ha sido destruida por el Pacto de Corruptos. Estos tres ejemplos de instituciones creadas en la Revolución de 1944: Código de Trabajo, Seguridad Social y autonomía de la Universidad de San Carlos muestran el carácter progresista y democrático de la revolución. Hay muchos más ejemplos de lo importante que fue la Revolución de 1944 para la construcción de la democracia guatemalteca. Fue un sueño hecho realidad, el cual fue destruido por un grupo de extrema derecha, como hoy, que inventaron que la Revolución era una revolución comunista. ¡Imagínese Usted!

Nuevamente, como en el caso del terrible asesinato de Cirilo Flores, el mártir quetzalteco que murió en 1822, líderes católicos difundieron la noticia falsa de que Cirilo Flores era un hereje y que hacía actos de herejía en la iglesia. El político liberal trataba de calmar a la población quetzalteca, pero esta noticia falsa penetró desde los conservadores (terratenientes y religiosos) hacia el pueblo que asesinó a Cirilo Flores. La lucha entre Liberales y Conservadores del Siglo XIX siguió en el Siglo XX. Cuando se da la Revolución de octubre de 1944 había aún esta tensión entre liberales y conservadores. Pero esta vez, luego del estruendoso triunfo de la Revolución, los liberales y el pueblo en general acuerparon la Revolución. Pero la extrema derecha guatemalteca, estos que se han opuesto a todo intento del desarrollo del pueblo, nuevamente encontraron en la retórica de los tiempos que la revolución era comunista. ¡Válgame Dios! La revolución apenas era un intento de salir del feudalismo guatemalteco y funda una incipiente economía capitalista. 

El problema fue la Reforma Agraria como proceso de democratización de la tierra. La gran mayoría de la tierra de Guatemala era ociosa y en manos de unos pocos terratenientes o de empresas transnacionales, principalmente empresas Norte Americanas (United Fruit Company). Al ser aprobada la Reforma Agraria toca intereses de estas transnacionales y ponen el grito en los cielos. Para entonces, y ahora también, el Departamento de Estado de Estados Unidos velaba por los intereses de empresas norteamericanas en el extranjero. Ellos, Estados Unidos, iniciaron la contra revolución. Los guatemaltecos querían defender su Revolución, pero el atropello fue mayor. Me cuenta mi padre que, en el parque Central de Quetzaltenango, los jóvenes se preparaban con armas para la defensa. Pero no fue suficiente. Lo demás es historia. Hubo luego 30 años de guerra civil con doscientos mil muertos, 200,000. El precio de las noticias falsas. 

La Revolución de 1944 deja la lección de que solamente un movimiento sostenido del pueblo, un movimiento social, puede hacer los cambios para su mejora y liberación. Debe haber una visión clara de la transformación y un liderazgo sano. Deja la lección que la polarización alrededor de falsas dicotomías no es el camino de la libertad y del desarrollo.  Deja la enorme lección de que es fundamental separar los poderes del Estado, si no, no somos democracia. En estos momentos en que nos han robado la democracia guatemalteca debemos regresar a nuestras raíces y recapacitar para volver a construir nuestra democracia. En ese entonces fue Ubico, hoy es Porras, pero cualquiera que sea el dictador, este país puede liberarse si los y las guatemaltecas nos unimos. Unámonos y salvemos la democracia nuestra. Si no es ahora, no será nunca Guatemala. 

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