Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

Tras la euforia que generó en la ciudadanía el triunfo de la CICIG y el Ministerio Público contra la corrupción, vino un proceso electoral que adormeció las conciencias e hizo sentir a mucha gente que daba la oportunidad de consolidar un cambio radical en el país sacando del cuadrilátero a varios políticos tradicionales. Ayer empezó a moverse en las redes sociales una nueva convocatoria para acudir a la plaza a finales de este mes porque la gente está dándose cuenta que los cambios esperados no se concretan y que, por el contrario, los hilos de la impunidad están presentes para beneficio de los que ya están sindicados y para paz y tranquilidad de los que aún siguen haciendo negocios sin ser detectados.

Lo que ha causado indignación en la gente es la forma insolente en que se demuestra que la estructura legal está siendo puesta al servicio de los corruptos mediante la emisión de normas que les hacen muy llevadera su actual condición. El Ministerio de Gobernación preparó un esquema de prisión que permitió iniciar el traslado al Mariscal Zavala de muchos de los acusados, y también se estableció que ese albergue en un cuartel militar puede tener espacio para mujeres, lo que significa que dentro de poco estarán nuevamente juntos Pérez y Baldetti, siempre y cuando la exvicepresidenta no insista en que quiere irse a un hospital.

El otro tema que se menciona en la convocatoria de las redes sociales es la forma en que se benefició con medida sustitutiva a Arnoldo Medrano, quien mediante el pago de una fianza recobró su libertad pese a los graves señalamientos en su contra. Y es que eso nos advierte que no se puede tener confianza en el sistema de justicia porque allí están enquistados aquellos que fueron electos en forma mañosa por Comisiones de Postulación amañadas que se “honraron” cuando un comunicado de la Embajada de Estados Unidos terminó dándoles luz verde.

Ayer en su columna Pedro Pablo Marroquín decía que más que parches a la Ley de Contrataciones hacía falta un nuevo sistema de adquisiciones del Estado para lograr una real y profunda depuración, pero esa idea, absolutamente necesaria, depende del cambio de fondo que aún está pendiente y que tendrá que llegar tarde o temprano porque la ciudadanía se está dando cuenta que nos dieron atole con el dedo con la tontería esa de que “tu voto cuenta” puesto que a la hora de la hora resultó que nadie pudo realmente elegir sino que hubo de conformarse con votar por el que parecía menos contaminado de todos, lo cual no era garantía de nada.

El cambio profundo del proceso de compras y contrataciones será consecuencia del cambio profundo del sistema político, de nuestra forma de elegir autoridades, de nuestro régimen de partidos políticos, de nuestra clase política y de las instituciones. Todo lo que parezca parte de un cambio en las actuales condiciones será simplemente un parche para tapar el ojo al macho y punto. La tarea real, la transformación necesaria, sigue siendo asignatura pendiente y por ello hay que retornar a la plaza.

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