“Más que adaptarnos a la realidad, adaptamos la realidad a nuestras creencias”, David Redoli
Es reprochable la pérdida de tiempo de los diferentes actores políticos, en defensa de cualquier hecho que consideran una ofensa a sus derechos humanos, que a la vez no se tientan ni una pizca en utilizar, cuando son ellos los que señalan a diestra y siniestra, incluso por medio de falacias en contra del que piensa diferente, en ese mundo encontramos a sirios y troyanos por igual, derrochando tiempo que, en la situación en la que nos encontramos, agradeceríamos se utilizara en trabajar, como lo hacemos todos los hijos de vecinos de este país.
Por lo anterior, debemos evitar como sociedad que bajo el manto de la sensibilidad, se extienda en nuestra sociedad la posverdad, que según el DRAE es “Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales” aunado a que no es otra cosa que “la subordinación y reorganización de los hechos desde ideologías específicas y voluntad política, lo que requiere de un mecanismo de legalización en el que se intente naturalizar la epistemología a partir de las emociones políticas”.
En ese orden de ideas se utiliza nuestro mismo sistema, para dañar la credibilidad de diferentes grupos con el objetivo de ganar el relato basado en falacias, creadas muchas veces en oscuros espacios para dar la idea que ha sucedido lo que no ha sucedido, pero que se extiende como pólvora, dañando más a quienes se han apropiado de las diferentes falsedades que circulan en algunos medios de comunicación, pero más aún en las diferentes redes sociales, por lo que encontrándonos como lo hacemos en plenos avances de la tecnología digital, que se traslada al plano social y humanitario, retrocedemos sensiblemente, debido a que la mentira mató al relato, y se impuso modificando las consecuencias de lo que debió ser otro ambiente.
Considero, y llamo a la reflexión para que contrastemos siempre la información obtenida con la facilidad con la que se obtiene hoy, buscando nuevas fuentes y más variadas antes de hacer nuestra una desinformación, pero aún más trasladarla y opinar sobre algo que no sucedió, como lo hizo un diputado que acusó al Ministerio de Educación de que “en Guatemala, las ONG alineadas con intereses globalistas están reclutando educadores para adoctrinar a nuestros hijos”, afirmó el legislador luego de que circularan convocatorias del Ministerio.
La convocatoria decía que se necesitaban técnicos en educación “Con experiencia y conocimientos en investigación, planificación, monitoreo y evaluación de proyectos de desarrollo con enfoque en igualdad de género e inclusión”. ¿Qué se debe entender como igualdad de genero e inclusión? Simplemente que se haga efectivo el desarrollo en igualdad, algo por lo que hemos luchado las mujeres durante décadas, y por lo que seguimos luchando como seres humanos, que es lo mismo, no estar adelante ni atrás de nadie, estar a la par, la desigualdad de género es más común en ciertas comunidades del interior que otras, pero es una realidad en el país, y no es posible continuar con diferencias humanas siendo al final todos seres humanos nada más.
Necesitamos más seriedad en la clase política, que se ocupen y preocupen en lo verdaderamente importantes, el diputado dice: “Me preocupa porque son nuestros niños, porque es mi región y dice para un proyecto de educación primaria de calidad”. A mí me preocupa más que en el estado en el que quedaron las carreteras y calles de su región después de las agresivas lluvias, el que haya boicoteado la aprobación del Estado de Calamidad, que lo que pretendía era invertir en comunidades como la suya, debido al estado calamitoso en el que el gobierno anterior al que el apoyo dejó la infraestructura del país, y que se ahondó con las lluvias, pero que por un revanchismo político no se haya podido invertir de manera urgente.
¿Qué si sospechaba que se pudieran utilizar los fondos en otro tipo de gasto? Ellos pudieron fiscalizarlos, y al aprobar la inversión en sus comunidades hubieran actuado en la forma políticamente adecuada, pero no fue así, y estamos como estamos.
Gracias al revanchismo político y el cortoplacismo de nuestra “clase política” nada cambia y nada avanza.
