NACIONES UNIDAS
AP
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó ayer por unanimidad una resolución que condenaba los asesinatos en Burundi y amenazaba con sanciones, mientras varios líderes internacionales instaban al gobierno y la oposición a reunirse con urgencia ante el temor de que la nación africana corra el riesgo de sufrir un genocidio.
Los testigos dicen que los asesinatos, torturas y violaciones de derechos humanos son el resultado de una represión del gobierno contra miembros de la oposición. Las declaraciones que hicieron la semana pasada las autoridades de Burundi recordaban al lenguaje empleado en el genocidio de 1994 en la vecina Ruanda, donde más de 800 mil miembros de la etnia tutsi y hutus moderados fueron masacrados en una campaña orquestada por un gobierno extremista de la mayoría hutu.
Como en Ruanda, Burundi tiene una historia de tensiones entre sus grupos étnicos hutu y tutsi. Al menos 240 personas han muerto en el país desde abril, cuando comenzaron las protestas contra la campaña del presidente Pierre Nkurunziza por obtener una tercera legislatura, que logró ganar.
«Sabemos lo altas que son las apuestas», dijo tras la votación del consejo el embajador británico ante la ONU, Matthew Rycroft. «Sabemos que en el peor de los casos estamos hablando de un posible genocidio, y sabemos que debemos hacer todo lo que podamos para evitarlo».
La resolución del consejo, redactada por Francia, pide al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que despliegue un equipo en Burundi que trabaje con el gobierno, la Unión Africana y otros socios para «desarrollar opciones para abordar las preocupaciones políticas y de seguridad».
El texto pide una reunión de representantes del gobierno de Burundi y la oposición en Adis Abeba, donde tiene su sede la UA, o en Kampala, Uganda. El bloque regional ha nombrado al presidente ugandés, Yoweri Museveni, para que medie en la crisis de Burundi, pero las conversaciones no han comenzado.








