Edith González

hedithgonzalezm@gmail.com

Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

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Con la llegada de la pandemia y el encierro a que nos vimos obligados. Clases de todos los grados y muchos trabajos se llevaron a cabo en línea, así que, también, muchos padres se vieron en la necesidad de adquirir una computadora para sus hijos o para él. Otras personas se limitaron a comprar tiempo de internet y utilizar su teléfono.

Esto dio paso a que ahora ya no somos completamente analfabetos digitales. Pero ello trajo nuevos conflictos a la persona, las parejas, familias, a la sociedad entera.

Porque los frijolitos dejaron de existir y ahora todos traen una cámara incorporada con la que yo puedo tomarle fotos a mi gato o una selfi con una amiga o tomar fotos que mi madre llamaría “ indecorosas” o incluso en un descuido tomarle fotos a mi pareja, que resulta que también es la pareja de alguien más y que al publicarlas, bueno porque para eso las toman, se arma “la guerra de Troya”

Y suponiendo que no se publiquen, los jóvenes no saben lo que es privacidad. Porque en la actualidad el teléfono funciona como una carta. Siendo en su momento penado por la ley revisar la correspondencia ajena.

Entonces sólo falta un descuido para tomar el teléfono y ver quién le escribe a mi pareja, y que contesta ella, con quien se toma fotos, e incluso en dónde ha estado.

Bueno, esas situaciones han roto muchas parejas en la actualidad, por la falta de confianza y por supuesto la falta de compromiso.

El mayor problema que los adultos hemos encontrado con esto de las redes sociales, a las que se registran los adolescentes y jóvenes para mostrarse al mundo, es lo que se ha denominado sextorsión así como de la exposición a imágenes con desnudos.

El programa piloto se implementará, en el mes de mayo,en América Central y América Latina, para luego instaurarse en todo el mundo, para ello Meta usará la Inteligencia Artificial para evitar la sextorsión en Instagram

La sextorsión no es más ni menos que extorsionar/amenazar a una persona indicándole que publicará en las redes sociales una foto “privada” y que para no hacerlo deberá dar un pago en moneda u otras formas.

En México, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) estima que en un periodo de dos años al menos 18 mil personas fueron víctimas de ciberacoso y sextorsión.

Ante el incremento de casos de sextorsión, Meta busca hacer frente a una de las muchas demandas de seguridad pendientes en sus plataformas de redes sociales y ofrecer soluciones para un delito que afecta a los grupos más vulnerables que son los niños y adolescentes. Sin conciencia clara de lo que una fotografía puede significar a futuro, en una red social.

Claro que también se han dado casos de mujeres adultas que permitieron ser fotografiadas o ellas mismas se fotografiaron con poco o ninguna ropa y en poses provocativas. Lo que les ha costado más que problemas familiares, hasta el trabajo.

“La nueva función se activará en todas las cuentas de usuarios de Instagram menores de 18 años para permitir la detección de fotos con desnudos enviadas a través del servicio de mensajería de la red social y las blureará para evitar que los menores de edad sean expuestos automáticamente a ese tipo de contenido y decidan si ver o no la imagen.

El combatir la sextorsión desde dentro de las redes sociales es un paso importante para ayudar a proteger a los jóvenes de la sextorsión y abuso de imágenes íntimas, para dificultar que posibles estafadores y delincuentes encuentren a los adolescentes e interactúen con ellos. Explica Meta.

Es aquí donde los padres de familia y los docentes deben hablar con los niños y adolescentes sobre las consecuencias de permitir ser fotografiados o hacerlo ellos mismos, enviándolas o no a alguien más, ya que los teléfonos pueden caer en otras manos, hackearse y las fotografías viralizarse.

Recordemos que la responsabilidad de las acciones de los niños son de los padres, por ello una plática, una discusión, un ejemplo, cualquier situación es buena para enseñarles que no es correcto tomarse fotos en situaciones inapropiadas y menos enviárselas a alguien o permitir que alguien las tome y las guarde.

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