La semana pasada el gobierno de Guatemala presentó una denuncia en contra de la exministra de salud, doctora Amelia Flores, quien dirigió dicha cartera durante una parte del gobierno de Alejandro Giammattei, desde junio 2020 hasta septiembre 2021. La denuncia es por presuntas irregularidades en la adquisición de las vacunas Sputnik V.
Recordemos que fue la exministra Flores, no el expresidente Giammattei, quien firmó el tan cuestionado contrato de compra de 8 millones de dosis, ni siquiera con el gobierno ruso, sino que con un ente intermediario llamado Human Vaccine LLC. En su momento, no sólo el contrato, sino que todo el negocio fue altamente cuestionado, principalmente por su opacidad, debido a que existía un contrato de confidencialidad que supuestamente obligaba a los funcionarios del gobierno presidido por Giammattei a no revelar información sobre dicho contrato.
El viernes pasado, en una entrevista con este medio, la exministra Flores detalló algunos pormenores sobre todo el negocio y el por qué ella fue quien firmó. También explicó que su equipo había negociado directamente con los laboratorios pero que ante la negativa del entonces presidente Giammattei y “su” congreso de no querer elaborar una ley de exención de responsabilidad para la adquisición de vacunas, se vio “obligada” a firmar el lesivo contrato. Meses después, ante la falta de suministro de la vacuna comprada y pagada a los rusos, mas no entregada por ellos, el mismo gobernante y “su” congreso tuvieron que correr para elaborar y aprobar la ley que en enero no quisieron emitir (violaba la soberanía del país, expresó el cretino expresidente Giammattei en su momento), porque el gobierno estadounidense donaría vacunas de laboratorios que no podrían ingresar al país por la ausencia de una ley de exención de responsabilidad.
Luego de escuchar la entrevista, creo que la doctora Flores no fue bien asesorada sobre las consecuencias legales que tendría firmar este contrato; es más, ella está convencida de que no hizo nada ilegal. Obviamente ella estudió ciencias médicas, no derecho, y creo que quienes se beneficiaron con el negocio de las vacunas Sputnik V, se aprovecharon de la buena fe de la exministra para firmar algo que le traería a ella, y únicamente a ella, consecuencias legales.
Creo que muchas personas se beneficiaron económicamente con la compra de las vacunas rusas, no solo Human Vaccine, LLC. Pudieron existir en su momento intereses para no emitir y aprobar una ley de exención de responsabilidad para negociar directamente con fabricantes estadounidenses, orillando así a la exministra a tener que firmar con los rusos. Pesa aún más la inclusión de la pareja del expresidente Giammattei en el listado de la OFAC, por parte del gobierno estadounidense, por presuntamente beneficiarse con coimas por la firma de dicho contrato, en detrimento de la salud y de la vida de los guatemaltecos
Sin embargo, el MP, bajo los mandos actuales, no abrirá investigación alguna en contra del expresidente de Guatemala ni de su pareja por este caso de presunta corrupción. Tampoco existirán indagaciones sobre la ruta de los dineros, flanco también cubierto muy convenientemente.
El 8 de julio de 2021 escribí una columna titulada “Cobarde actuar” en la cual expresaba lo que va a ocurrir en estos días: el COBARDE expresidente, dizque médico para peor desgracia, tirará debajo del autobús a su exministra para que ella cargue con todo el peso de la ley por presuntos actos de corrupción que pudieron cometer el exmandatario y el centro de su gobierno.
