Esta mañana el Presidente Bernardo Arévalo inauguró el Diálogo Económico de Alto Nivel con Estados Unidos que demanda buena gobernanza sin corrupción, la promoción de inversiones, seguridad energética, agricultura y seguridad alimentaria y la importancia de las remesas para el desarrollo económico y combate a la pobreza. Arévalo destacó el excelente momento que se vive en las relaciones entre ambos países, mismo que debe ser aprovechado para proyectar los beneficios a todos los habitantes del país.
Sin embargo, no se puede obviar el tema de la falta de certeza jurídica y la ausencia actual de un verdadero Estado de Derecho, resultado de la captura que hicieron de la justicia personajes como Baldizón, Sinibaldi, Sandra Torres, Miguel Martínez o Ángel Pineda (a la orden de Consuelo Porras). Al día de hoy la más seria dificultad que tiene Guatemala para superar los niveles de corrupción a los que llegó el país en los últimos años es la ausencia de un régimen de legalidad y un sistema de justicia comprometido con la correcta aplicación de la ley que permita no solo investigar sino castigar los más sonados casos.
Es muy complicado para un inversionista colocar su capital en un país donde, a la hora de cualquier controversia, no dispondrá de un eficiente sector de justicia que resuelva, en todos los casos, conforme a lo que establecen las leyes. Actualmente, mucho más poderosa que la legislación es la existencia de macabros grupos de poder que manipulan fiscales, jueces y magistrados, que ellos mismos colocaron en sus puestos con la condición de que resolvieran a su favor incondicionalmente, en una situación que llega a las más altas esferas.
Ello ha generado estructuras que permanecen con algunos poderes que comprometen la gobernanza que, según el mismo Presidente Arévalo, es la clave para lograr que este diálogo económico, que arrancó hoy, pueda rendir los frutos que convienen al país. De suerte que el tema gira, en todos los casos, alrededor de la absoluta e imperiosa necesidad de encontrar una salida al atolladero en que los personajes arriba citados colocaron al país mediante el control del sistema de justicia. Y sin ello es obvio que el mandato popular no se podrá concretar como lo esperaba la ciudadanía.
Prosperidad y desarrollo económico que beneficie a todos los sectores únicamente es posible en el marco de un absoluto respeto a la legalidad porque, de lo contrario, lo que ocurre es que cualquier beneficio o crecimiento termina en manos de quienes supieron diseñar un modelo que les ha generado tanto beneficio a ellos como los daños que llegan a la población en general.
Mientras no tengamos un real Estado de Derecho y respeto a la ley, todo esfuerzo puede quedar frustrado y por eso, es necesario que el Gobierno incremente los esfuerzos por poner sobre la mesa los elementos necesarios para enfrentar las mafias del sistema de justicia, con soluciones integrales.
La suma de todos los sectores es vital en este esfuerzo.
