Por Adolfo Cortezao Oquero, joven exiliado en el Perú.
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En las últimas décadas, en la región hemos presenciado giros de timón a nivel ideológico muy importantes.
Comenzando el siglo XXI vimos cómo la región se adentraba a gobiernos mayoritariamente de izquierda, comenzando una especie de movimiento llamado “Socialismo del siglo XXI”, encabezado por el fallecido Hugo Chávez, lo que llevó a la creación de grupos y plataformas como la UNASUR, CELAC y la CARICOM. Con algunas excepciones como, por ejemplo, en Colombia con el expresidente Álvaro Uribe y en Chile con el expresidente Sebastián Piñera.
Posterior a ello, a partir del 2016, aproximadamente, se vio un giro bien importante y radical al otro espectro ideológico; países como Chile, Argentina, Brasil, Colombia, Paraguay, México cambiaron de gobiernos de izquierda a gobiernos de derecha o centro derecha.
Luego de estos gobiernos de derecha y centro derecha, hubo un giro nuevamente a la izquierda en la región, solo Paraguay pudo quedarse en la misma tendencia, junto con Uruguay con el Partido Nacional encabezado por Luis Lacalle Pou, hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle. También podemos comentar brevemente la asunción de la senadora Jeanine Áñez como presidenta de Bolivia, luego de un vacío de poder dejado por Evo Morales tras su renuncia. Fue una presidencia breve de 1 año, posteriormente, llamó a elecciones, en las que ganó el partido de Evo Morales, y Áñez fue encarcelada injustamente.
Ahora vemos un posible giro de timón nuevamente a la derecha y centro derecha, comenzando en Ecuador con Daniel Noboa y en Argentina con Javier Milei, pudiéndose ampliar la lista en este 2024. Este año será crucial en Latinoamérica, ya que se vienen elecciones presidenciales en México, El Salvador, República Dominicana, Uruguay, Panamá, Estados Unidos y, posiblemente, en Venezuela. Digo posiblemente ya que será muy difícil sacar del poder a un régimen autoritario como el chavista encabezado por Nicolás Maduro, el cual no cumple con los acuerdos y negociaciones con la oposición y distintos países que las están propiciando. El último golpe de Maduro a la democracia ha sido la irrita inhabilitación a María Corina Machado, actual líder de la oposición venezolana, escogida por los mismos venezolanos en unas elecciones primarias, como también la injusta prisión a activistas de derechos humanos y miembros de Ongs.
Con esto podemos ver que la tendencia en nuestra región es bastante cambiante. Lo importante es mantener los valores democráticos, el Estado de derecho, la separación de poderes y las libertades civiles y políticas, para así no darle paso a regímenes autoritarios que mucho daño le han hecho a nuestra región y que hoy día le siguen haciendo como en Cuba, Nicaragua y Venezuela.