El migrante guatemalteco Virgilio Aguilar Méndez fue liberado el pasado viernes de todos los cargos que le imputaban, en el caso que se le seguía por la muerte de un sargento policial de St. Johns, Florida, Estados Unidos.
El connacional fue absuelto después de haber pasado casi 10 meses en prisión y de que su caso se mediatizara de tal forma que celebridades denunciaron que se trataba de una injusticia. También, luego de que se involucrara en su defensa el reconocido abogado de derechos humanos, José A. Baez.
“Celebramos esta importante victoria… Virgilio, un joven Indígena Maya-Mam, fue perfilado racialmente, brutalizado por la Policía y tratado inhumanamente sin justicia”, escribió el Centro Maya-Guatemalteco, organización que ha dado seguimiento al caso y que impulsó la creación de una plataforma digital para exigir justicia y que fue firmada por más de 600 mil personas.
Aguilar Méndez enfrentaba una acusación por homicidio, luego que el 19 de mayo de 2023 se vio envuelto en una riña con agentes policiales de Florida, producto de la cual falleció el sargento Michael Kunovich de un paro cardíaco.
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Ese día el migrante guatemalteco salió a la calle frente al hotel donde se hospedaba, en la ciudad de St. Augustine, condado de St. Johns, a platicar por teléfono con su familia en Guatemala. Entonces una patrulla con varios agentes policiales se le acercó, y los elementos de la fuerza pública lo consideraron sospechoso de invadir una propiedad privada.
El joven guatemalteco intentó explicar a los oficiales que estaba hospedado en el hotel, pero estos no comprendieron lo que decía porque no habla inglés; de hecho, habla con dificultad el español porque su idioma materno es el mam.
La cámara corporal de uno de los agentes grabó todo el hecho. Las imágenes recabadas muestran que al no comprender al joven, los oficiales intentaron someterlo y detenerlo, con lo cual empezó un forcejeo, producto del cual Kunovich se desplomó.
Paramédicos lo llevaron al agente al hospital, pero falleció. Aunque se intentó inculpar a Virgilio por homicidio luego se comprobó que el agente tenía una condición médica preexistente.
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Pero el caso de este migrante guatemalteco, originario de Colotenango, Huehuetenango, no es el único en el que se violan los derechos básicos.
En mayo de 2022 salió de prisión Juana Alonzo Santizo, después de estar siete años en la cárcel de manera injusta.
La migrante había salido de San Mateo Ixtatán, Huehuetenango, en 2014, pero a pocos kilómetros de la frontera entre México y Estados Unidos permaneció en una casa de seguridad (como llaman a las instalaciones donde los traficantes de personas mantienen a sus víctimas) y la forzaron a trabajar.
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Una mujer que también se encontraba en la casa logró escapar y hacer la denuncia a la Policía que cuando llegó halló a la guatemalteca y la acusó de ser parte de la banda de tratantes.
Alonzo nunca supo defenderse porque no hablaba español -en prisión lo comenzó a aprender-, solo Chuj, y las autoridades judiciales mexicanas se aprovecharon de eso para hacerla firmar un documento con el cual se auto inculpó.
Su caso cobró relevancia hasta que los medios de comunicación comenzaron a sacarlo a la luz. Finalmente se dilucidó, hasta que la familia viajó a la capital guatemalteca a protestar por la “injusticia”.
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SEÑALAN FALTA DE ASISTENCIA CONSULAR
Asimismo, la señora Nora Amanda Hernández, denunció que su hermano, Álvaro Eduardo Hernández, se encuentra preso en Estados Unidos, donde cumple una condena de cadena perpetua en una prisión de Maryland, pero que nunca recibió algún tipo de asistencia consular.
En una carta que ella envió al diputado Juan Carlos Rodas, presidente de la Comisión del Migrante, en la que le pide ayuda para “reiniciar el caso”, afirma que una abogada estadounidense que defendió a su hermano le aseguró que a este nunca lo visitó alguna autoridad consular y que, por lo tanto, “no se cumplio con la protección consular debida”.
Fernando Castro, analista de temas migratorios, confirmó que, según conversaciones que él ha sostenido con el guatemalteco que se encuentra preso, “en 14 años no ha recibido ninguna visita consular”, lo cual vulnera sus derechos.
El guatemalteco también purga una condena injusta, añadió, porque fue testigo de un crimen hace 14 años y un policía lo forzó a firmar un documento en el que se inculpó del hecho. El oficial lo engañó y le dijo que si aceptaba la responsabilidad solo lo deportarían.
“Es importante que las autoridades guatemaltecas hagan un informe pormenorizado de cada uno de los guatemaltecos que se encuentran detenidos, tanto en Estados Unidos como en México, ante la posibilidad de haya más migrantes connacionales que estén presos de manera injusta” detalló Castro.
La oficina de Comunicación del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) afirmó que le han brindado asistencia oficial a Hernández «desde la notificación consular», y que ha hecho gestiones para constatar que se encuentre en buenas condiciones de salud y que se respeten sus derechos.
El Minex dijo que el migrante guatemalteco ha sufrido quebrantos de salud y que el consulado general en Maryland le ha dado el «seguimiento correspondiente para una adecuada atención médica».
Se añadió que Hernández cuenta con un abogado de oficio y que el consulado le dará acompañamiento.
DISCRIMINACIÓN
Los hechos pueden encuadrarse en el supuesto de discriminación, a consideración de defensores de derechos humanos.
En ese sentido, Baez, el abogado que defendió a Virgilio Aguilar Méndez dijo que su cliente es un joven “decente, honesto y no merece lo que le pasó”.
“Robar la libertad a un niño es un pecado. Nuestra comunidad -migrante hispana- no es criminal por hablar otro idioma o por tener un color diferente de piel. Somos humanos”, destacó el abogado en una conferencia de prensa ofrecida el pasado 1 de marzo, cuando se supo que habían liberado de los cargos a Virgilio.
“Vivimos en un estado que tiene diferentes culturas, si eso gusta o no, no importa, esa es la realidad de la situación y la realidad de este país”, subrayó.
Aguilar Méndez aún no sale de prisión, Baez espera que lo haga lo más pronto posible.
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