Factor Méndez

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Defensor Derechos Humanos. Catedrático. Periodista/Escritor. Estudió Derecho, Derechos Humanos y Trabajo Social en Guatemala, Honduras y Costa Rica. Catedrático San Carlos y Rafael Landívar. Fundador Centro de Investigación, Estudios y Promoción de Derechos Humanos CIEPRODH. Autor de ensayos y artículos sobre temas sociales, políticos, memoria histórica y Derechos Humanos.

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Saludo con simpatía la visita del señor Pedro Vaca, Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que la semana entrante iniciará en Guatemala. Viene invitado por el Gobierno de Bernardo Arévalo y su presencia será aprovechada para conmemorar el Día Internacional de la Radio. 

El nuevo Gobierno da una señal muy fuerte y positiva de que, en los primeros cien días, se invite a un Relator temático a visitar el país, a moverse en completa libertad para atender reuniones con funcionarios de Estado y Gobierno, con organizaciones de sociedad civil, gremio periodístico, colectivos indígenas, políticos, académicos y sectoriales, para tomar el pulso sobre el respeto a la libertad de expresión y pensamiento.

Es una oportunidad para que, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Radio, las radios comunitarias hagan escuchar su voz, hacer presencia y entregar sus planteamientos al Relator. La visita oficial de los Relatores no es común tampoco frecuente, ocurre sólo cuando son invitados por los Gobiernos. La visita de los Relatores es importante para los países, porque sus informes a la comunidad internacional, contribuyen a visibilizar las violaciones, a formular recomendaciones para corregir y erradicar las conductas abusivas y autoritarias.

Es de conocimiento público que, Guatemala es un país con una larga trayectoria de violaciones graves y sistemáticas de derechos humanos, por ende, una imagen desfavorable ante la comunidad internacional. Ahora mismo, Guatemala está incluida en el capítulo 4b de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que significa ser un país donde se vulneran los derechos humanos de su población, donde no existe progreso en el respeto a los derechos y libertades fundamentales de las personas.

En lo personal valoro mucho la oportunidad de que un país reciba la visita oficial de Relatores Especiales de Derechos Humanos, porque denota interés de la comunidad internacional y de los mecanismos de protección de estos derechos. En tal sentido, reconozco la voluntad política que demuestra el actual Gobierno guatemalteco.

Invitar a Relatores internacionales es sano para el país y los Gobernantes, es un tema de voluntad política que en los últimos diez Gobiernos contados a partir del retorno a la democracia 1986-2024, solo tres de ellos han sido consecuentes con la voluntad de cumplir con los compromisos y abrirse al escrutinio internacional en materia de derechos humanos, Vinicio Cerezo (1986-1990), Alfonso Portillo (2000-2004) y ahora Bernardo Arévalo (2024-2028). 

Es de esperar que el actual Gobierno de Arévalo, honre el compromiso de respetar derechos humanos, en particular la libertad de expresión considerada un pilar fundamental de todo sistema democrático. Sobre todo, que invite en próxima ocasión a otros Relatores temáticos para que visiten el país.

¿Qué son y qué hacen los Relatores Especiales? Son expertos internacionales independientes que pertenecen a los sistemas regional y universal de protección de los derechos humanos (DDHH), es decir, a los Sistemas Interamericano (OEA) y Universal de la Organización de Naciones Unidas (ONU.) 

¿Qué hacen? Visitan los países en cuestión por invitación de los Gobiernos. Realizan estudios generales sobre el país que les corresponda examinar. Determinan qué violaciones de derechos humanos competen a su mandato, analizan su frecuencia y sus causas. Presentan informes temáticos. Comentan aspectos institucionales relativos a la legislación nacional y a las normas internacionales. Formulan recomendaciones sobre los medios para impedir la comisión y repetición de violaciones de derechos humanos y corregir sus consecuencias.

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