Flaminio Bonilla

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Empecé una columna en la prensa nacional el 31 de enero de 1991, primero en “Siglo XXI” hasta el 17 de septiembre de 1991 donde estuve solo un año. Desde ese día fui invitado y alojado en “La Hora”, con mis publicaciones, ensayos y relatos sin esconder la mano”. En ese vespertino estuve algún tiempo sin tener comentarios y hube dejar de publicar por amenazas serias a mi familia, tuve seis años sin diarios, sin crónicas, ni política, ni estudios, tratados ni ensayos. 

Y como ustedes saben el 14 de julio de 2015, tuve infarto cerebral que provocó un derrame en el hemisferio cerebral izquierdo que controla el habla, tengo una afección neurológica que se llama Afasia, por ello no puedo hablar demasiado, pero creo que un 75 o 80% en mis expresiones para comunicarme “estoy al len” como dicen los patojos. Mis últimas columnas fueron: 3, 16, 20, 24 y 26 de junio hasta el 4 de julio de 2015. Empecé con mis amigos, los editores y mis lectores de “La Hora”, de nuevo al ruedo con mi crónica el 2 de julio de 2020 titulada “La Hora de 100 años de ejemplo”.

Soy columnista, escritor y hombre de ley, como comentarista soy apasionado, vehemente e impetuoso; como profesión abogado y ya retirado, aunque siempre seré jurista y con mis 49 años, existiré como picapleitos; como trovador tengo inspiración con prosas y poemas vivientes, pasados, presentes y futuros. Pero la génesis es la familia, son importantes o insignificantes algunas pequeñas, otras influyentes y valiosas. Por ello les comparto con el esclarecimientos de mi existencia, de mi casta de mi clan, porque ellos y yo son vida, estamos aquí: Diana mi esposa, cuatro hijos: Andrés, Pablo, Javier y Cristina la mayor, mi nieta Marcela y nuestro nieto “el pequeño Tadeo”; porque en la familia allí está nuestra estirpe y donde todo se quiere con amor. 

De niño estuve en párvulos en Casa Central con las Hermanas de la Caridad, entre otras cosas, quienes me enseñaron ortografía, gramática e idioma español; luego fui al Liceo Guatemala con los Hermanos Maristas. Todos las Hermanas y los Maristas, todos una gran comunidad educativa de los dos colegios, que nos formó con sapiencia, rigurosidad académica, dignidad, calidad y excelencia, pero sobre todo con un profundo humanismo y una auténtica conciencia de clase y vocación de servicio. 

Empecé en la Universidad de San Carlos de Guatemala, primero entré a Básicos en 1968; luego en la Escuela de Derecho cuando yo tenía 18 años y desde entonces me cautivó ser jurista, político y escritor. Ahora que tengo 73 años, soy abogado, político y escritor. He hecho varios Ensayos de política, sociología y literatura; tengo un libro editado y dos libros ya terminados, uno de poesía y prosa, otro de filosofía; y otra obra del tema financista del tema de la usura que vulnera a los usuarios del sistema financiero guatemalteco y quiero empezar otro libro con la temática de la Guerra de los 36 años en Guatemala y de este solo tengo el prólogo. En esos libros creo que terminaré en uno o 2 años y que serán después, si nuestro Dios me tenga en vida.

Desde patojo esta mi juventud existencialista, mi afinidad socialista democrático, con vivencia de injusticia y con vocación humanista, por ello estuve con la política, empecé con el Frente Estudiantil Social Cristiano (FESC) en la política universitaria con mi amigo “mi pana” Jesús “Chus” Marroquín Castañeda, quien fue asesinado el 17 de julio de 1980. Luego a Acción Popular Universitaria (APU) quien fue Secretario General

Mi poesía y mis prosas las tengo desde joven y sentía la compulsión de tomar papel y lápiz y entonces estuve con muchos poetas con sus trovas, porque tuvimos la cofradía de muchachos y con una gran hermandad. En la Escuela de Derecho, empezamos con la prensa universitaria como medio de divulgación con principios de intelectualidad de jóvenes, primero “El Derecho” periódico Órgano de Divulgación de “Asociación de Estudiantes de Derecho” de la USAC, y luego El Universitario”. Mi poesía y mis prosas son libres, espontáneas y sin ambages; sin estereotipos, sin rebuscamientos. ¡La literatura está llena de aromas! como decía Walt Whitman. Después con la prensa nacional empecé, con “El Imparcial”, “Nuevas voces líricas” el 28 de mayo de 1970; “La Nación” el 23 de mayo de 1970; “La Hora”, el 2 de mayo de 1970; “Impacto” el 21 de abril de 1970 y después muchas más. 

Gracias al diario “La Hora” hemos podido escribir esta columna prácticamente, salvo como dije antes forzosas ausencias y como decía un viejo columnista en este vespertino, el amigo Paco Cáceres Barrios: “así hemos afilar el machete, sacarle la punta al lápiz y afinar nuestra puntería para señalar comentar, criticar y argumentar en favor de lo bueno y también en contra de tanto malo que ocurre en nuestro país”. En mi caso mi columnas “sin esconder la mano” yo nunca he tenido vergüenza, nunca cínico ni hipócrita, mis columnas son redactadas con realidades, porque yo soy franco, claro y directo, soy parte de mis propósitos y poniendo en cada uno de ellos lo que nuestro intelecto ha podido concebir y exteriorizar sin dobleces y de frente. Por esto somos honestos pero radicales con la corrupción y hay que retratar y examinar cualquier gran diario de la actualidad, se comprobará que es “la sombra alargada de un hombre”, un hombre de ideales, integridad, honestidad y coraje como los Marroquines.  

Se me fue quedando el tintero de esos años del colegio y la universidad, con mi juventud turbulencia y la vorágine, bullanguera y jodona; luego la prudencia, cordura y reflexión, con quienes mis amigos, los camaradas, la congregación de “mis panitas” y estos “compinches”, que he madurado espiritual y emocionalmente, de quienes he aprendido y recibido consejo, orientación y sabiduría en mi vida y en la profesión.

Así inicié mis columnas hace 33 años y sigo haciéndolo todos los días, porque es mi recreación de vida con mis 73 años, porque la naturaleza es un artista original”. 

Termino mi columna, muy breve, afable, con espíritu, energía y fortaleza, porque soy un trovador y vean este fragmento de Desiderata: 

“… Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad
sobre una sana disciplina, sé benigno contigo mismo
tu eres una criatura del universo no menos que las plantas y las estrellas tienes derecho a existir, ya sea que te resulte claro o no indudablemente el universo marcha como debiera…”

“Aún con toda su farsa, penalidad y sueños fallidos,
El mundo es todavía hermoso; sé cauto, esfuérzate por Ser feliz”. (Ehrmann Werner). 

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