El poderoso sindicato del automóvil ha elegido bando para las presidenciales de noviembre en Estados Unidos, en las que apoyará al demócrata Joe Biden frente a su posible rival y predecesor, el republicano Donald Trump.
Ganar el voto obrero fue clave para la victoria electoral de Trump en 2016 y para la de Biden en 2020, y se estima que volverá a serlo este año.
«Nuestro apoyo hay que ganárselo. Joe Biden se lo ha ganado», dijo el número uno del sindicato United Auto Workers (UAW), Shawn Fain, a una multitud en Washington, antes de que Biden, de 81 años, subiera al estrado.
Los sindicalistas abuchearon cuando se mencionó el nombre de Trump y gritaron «¡Joe!» cuando Fain les preguntó quién quieren que gane las próximas elecciones.
«NO LE IMPORTA»
«La UAW pide votar por Joe Biden como presidente de Estados Unidos» afirmó Fain en un discurso en el que atacó a Trump porque «no le importa» la clase trabajadora.
De este modo le devuelven el favor a Biden, que el año pasado se convirtió, megáfono en mano, en el primer presidente estadounidense en ejercicio en visitar un piquete en Michigan, en plena huelga por mejoras salariales.
Un espaldarazo bienvenido por la enorme influencia del sindicato en Michigan, uno de los estados bisagra, donde el voto puede decantarse por uno u otro partido en función de las elecciones y que pueden decidir el resultado de los comicios.
Biden da por hecho que volverá a enfrentarse a Trump después de que su predecesor se asegurara prácticamente la nominación republicana en las primarias de New Hampshire celebradas el martes.
El avance del magnate inmobiliario de 77 años parece imparable tras su victoria en Iowa y en New Hampshire, donde ganó por alrededor del 54% frente al 43% de su rival, su exembajadora ante la ONU Nikki Haley, de 52 años.
Con todo no logró noquearla y ella ha anunciado que sigue en la carrera, con el foco puesto en su estado natal de Carolina del Sur, del que fue gobernadora pero que según las encuestas se inclina por Trump para las primarias del 24 de febrero.
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«DRAMA PERPETUO»
Este miércoles Haley volvió a la ofensiva. «Trump está completamente consumido por su propio drama perpetuo y sus quejas», dijo su directora de comunicaciones, Nachama Soloveichik.
Pero las encuestas dan a Trump como gran favorito no solo en Carolina del Sur sino también en otros estados gracias en parte al apoyo de las bases y a sus incondicionales seguidores, dispuestos a votar por él aunque sea condenado en uno de los varios juicios penales que tiene pendientes.
Aún así los sondeos a boca de urna en New Hampshire revelaron algunas de sus debilidades: el voto de los moderados y de los independientes se le resiste y algunos de los que hoy le apoyan le darán la espalda si es condenado en los tribunales por delitos graves.
Eso le va a perjudicar. «Incluso si consigue que entre el 80 y el 90% se alinee, nuestras elecciones presidenciales son tan reñidas últimamente que incluso esa pequeña pérdida de apoyo en su propio partido podría fácilmente resultar fatal para sus posibilidades electorales», concluyó el politólogo Nicholas Creel, del Georgia College and State University.
El martes por la noche se esperaba un discurso triunfal pero estuvo cargado de ira contra todos sus rivales. Acusó a Biden de ser el «peor» presidente «de la historia» de Estados Unidos, «un país en decadencia».
Pero su principal blanco fue Haley, de quien dijo que es una pésima perdedora que ha tenido una «muy mala noche».
Durante meses los rivales republicanos de Trump, que han ido tirando la toalla unos tras otros, han medido mucho las palabras sobre Trump para evitar ofender a sus partidarios pero últimamente Haley ha llegado a poner en duda la capacidad cognitiva de su exjefe por haberla confundido con una veterana demócrata.
El martes los demócratas también celebraron primarias en New Hampshire que ganó Biden a pesar de que su nombre no figuraba en las papeletas por desacuerdos con la rama local del partido.
Biden advirtió que la democracia y las libertades individuales están «en juego» en su probable duelo con Trump.