El proceso de transición y la conformación del gabinete de ministros del presidente electo, Bernardo Arévalo, ha sido de incertidumbre por las acciones que puede emprender la fiscal Consuelo Porras, para impedir que tenga su equipo conformado el día de cambio de mando.
El economista e integrante del Movimiento Semilla, Jonathan Menkos comparte con La Hora cómo fue el proceso para designar a profesionales a formar parte del gobierno que asumirá el 14 de enero, el presupuesto, transición de mando y otros.
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La Hora: ¿Fue difícil conformar el equipo de ministros y secretarios del Gobierno Semilla?
Jonathan Menkos: El equipo de transición se instaló desde el 21 de agosto, cuando supimos que nuestro binomio había sido electo para la presidencia. Este es un periodo de transición largo, sería más fácil la transición si no hubiese estado acompañado de factores como la judicialización y los intentos de Golpe de Estado, a los que se sumaron la carencia de recursos públicos para llevar a cabo las acciones propias de la transición. Desde el día uno teníamos el equipo que iba a acompañar en la transición al binomio.
L.H.: ¿Les perjudicó anímicamente dividir el equipo para la transición y defenderse jurídicamente?
J.M.: Se conformaron varios equipos, uno de ellos se dedicó para impedir el Golpe de Estado y las acciones de judicialización disminuyeran el proceso de transición, otro estuvo dedicado a los esfuerzos para el plan de gobierno con los planes de las instituciones y mantener las relaciones con diferentes actores previo a la toma de posesión del nuevo gobierno.
También hubo otro equipo, en el que me he desempeñado, que está relacionado con temas económicos y fiscales, relación con inversionistas, sector empresarial y productivos, además, tuvimos a cargo avanzar con las bases que van a permitir el cumplimiento de las 60 metas estratégicas que hemos ofrecido a la sociedad de gobierno. En realidad, por estrategia se dividió a los equipos en los tres temas, los que defendía el Estado de derecho, los que avanzaron para sentar las bases para el vínculo del plan de gobierno con las diferentes instituciones y el de diálogo, donde participa Ana Brenda Tager junto con el presidente y la vicepresidenta electo. El proceso de diálogo está entre los 10 esfuerzos del gobierno.
L.H.: Ante ese panorama: ¿Les costó integrar al equipo de ministros, viceministros y secretarías que empezarán el gobierno de Arévalo y Herrera?
J.M.: Se hicieron listas cortas que se presentaron al binomio de cada uno de los puestos si tuvimos apertura de personas profesionales que están dispuestas a hacer esfuerzos de dirigir los ministerios y secretarías. Uno de los factores que creaba incertidumbre era la judicialización y la idea de que los nombres fueran apareciendo iban a hacer tratados tan mal como han sido tratados el propio binomio con procesos de judicialización y abusos.
En general, hemos encontrado una respuesta positiva a la posibilidad de participar en un gobierno transparente, que tiene un plan de trabajo concreto de llevar a la práctica y que llega al poder con la mesa limpia, sin ningún favor pendiente de pagar a ningún financista, creo que ha sido motivo de mucha anuencia de participar de varios actores, si nos hemos propuesto formar un equipo ministerial, de secretarios y secretarias que guarde coherencia con la paridad de género, la representatividad de diferentes sectores de la vida social del país y eso hace que el proceso de selección sea un poco más complejo, pero necesario para enviar el mensaje correcto a la sociedad.
L.H.: ¿Recibieron propuestas de los distintos sectores de la población y qué participación tendrán los pueblos originarios?
J.M.: Este es un gobierno de total comprensión de los retos sociales que debemos asumir, es un gobierno que entiende las brechas de desarrollo que hay, entre el mundo rural y el urbano, entre la población indígena y la mestiza, entre hombres y mujeres, los retos que tenemos para sacar adelante a los jóvenes que están fuera del sistema educativo y del mercado laboral, entonces este tiempo y el plan de gobierno responde a la comprensión de los retos que tenemos para llevar una sociedad mucho más democrática, con capacidades para generar desarrollo.
Muchas de las conversaciones están en torno del cumplimiento de metas, y esfuerzos en favor de la democracia, nosotros hemos sido quienes hemos construido una base de datos de personas que cumplen los requisitos para ser parte del gobierno, como experiencia, honorabilidad, si más bien las conversaciones van en torno a los temas estratégicos del país y no de nombres en particular.
L.H.: Hablando de paridad ¿Cuántas mujeres conforman el gabinete de ministros?
J.M.: Está conformado por seis mujeres y ocho hombres.
L.H.: ¿Cómo se coordinó para que la comunidad internacional colaborara debido a los mensajes sobre injerencia o financiamiento que denunció el presidente Alejandro Giammattei?
J.M.: Desde el 21 de agosto se empezó a hacer un presupuesto que contenía montos necesarios para poder hacer la gestión de la transición con tareas puntuales, como las visitas que se han hecho, tanto a los países principales, socios y aliados de Guatemala, que ha visitado el presidente electo, como gestiones particulares como asesorías jurídicas, que hemos tenido que contratar con fines de luchar contra la judicialización perversa. Como las oficinas y equipos tengan donde trabajar.
Esas líneas generales se presentaron a los cooperantes tradicionales del Estado, porque al final los países que cooperan, no cooperan con los gobiernos sino con los Estados por las relaciones que tiene, y en ese sentido lo que tuvimos fue la anuencia a apoyar al gobierno electo, entendiendo los cooperantes que no hay un presupuesto público para la transición. Creo que es algo mucho más valioso y transparente, que intentar financiar la transición con recursos de autores privados, que puede ser una de las preocupaciones de la sociedad, por lo que se ha vivido en los últimos dos gobiernos.
Vamos a preparar un informe para la sociedad sobre el financiamiento, el cual se presentará en enero, cuando se entregue el informe de la transición, vamos a hacer un capítulo con el presupuesto, los donantes, para rendir cuentas de cómo se utilizaron los recursos, y evidenciar que una transición sin financiamiento público agrega otro factor de dificultad al proceso político.
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L.H.: ¿Los cooperantes informaron de cuánto se recaudó en ese fondo?
J.M.: Sí, llevamos cierto control sobre el monto, el cual se financia con apoyo de los cooperantes y se va utilizando de acuerdo a la planificación y algunos elementos que van surgiendo como conferencias, pero está alrededor de los US$800 mil máximo.
L.H.: ¿Habrá corrimiento de personas en el Congreso y en el Parlamento Centroamericano?
J.M.: Se está sopesando algunas necesidades de miembros del equipo actual que puedan participar en el Ejecutivo, pero solo son valoraciones y todavía no hay nada puntual sobre esos temas, en todos caso lo que tenemos claro es que el gobierno tiene metas concretas que cumplir y sobre eso nos estamos enfocando, planificación, construcción de los equipos que van entorno de cumplir la oferta electoral que hemos ofrecido.
L.H.: ¿Contemplan recurrir al Congreso de la República para pedir modificaciones al presupuesto?
J.M.: Por el momento estamos trabajando en las modificaciones que se permiten sin necesidad de ir al Congreso, es probable que al revisar la estimación de ingresos tributarios, como si hay diferencia, vayamos al Congreso a solicitar la modificación para poder vincular la meta de recaudación con algunas mejoras en las asignaciones del presupuesto para educación, salud, gobernación y economía, por formación y capacitación.
L.H.: ¿Cómo avizora que sea el Congreso donde habrá mayoría de oposición?
J.M.: Tenemos que comprender cambios incluso en esos actores políticos, que tienen la comprensión y madurez que la sociedad está pidiendo un cambio, no solo ha votado por un partido político que ha hablado abiertamente de luchar contra la corrupción, sino que la sociedad ha tomado un rol protagónico en estas semanas para salvar la democracia, para entender quienes son los que están en contra del Estado de derecho, y me parece que el próximo Congreso vamos a tener una correlación de fuerzas diferentes al actual, el Congreso que está terminado desgraciadamente entendió que la política como un espacio transaccional y además donde había dinero de por medio para bolsillos particulares, creo que el próximo Congreso va a tener una agenda de mínimos, que va a servir para gobernabilidad y legitimidad frente a una sociedad que cada vez está más harta de los corruptos y cada vez más clara que tiene que jugar un rol protagónico de exigir cambios, pero lo vamos a ver si hay acuerdos se van a traducir en una mejor junta directiva, en una agenda de trabajo, que viabilice los cambios que necesite el país y que le dé otra vez al congreso un rol más protagónico y estratégico que desgraciadamente la mayoría oficialista actual no le pudo dar porque de lo que menos se interesó fue del bienestar de la sociedad.
