Ricardo es un profesional destacado en su trabajo, con un puesto directivo en la empresa donde labora, sus subordinados reconocen su capacidad en ser un excelente líder. Luego de varios años de estudio y dedicación a su profesión, se graduó con una Maestría en Dirección y Administración de Empresas (MBA), a pesar de su larga trayectoria laboral y académica aún recuerda con mucha nostalgia a su profesor Mario quien le impartió clases de contabilidad cuando él cursaba el primer año de diversificado, quien además impulsó su sueño de convertirse en un gran empresario.
Ricardo reconoce que su maestro fue una gran inspiración para lo que él es hoy en día, agradece y atesora cada enseñanza que su docente compartió en más de alguna ocasión con el grupo de alumnos y compañeros de Ricardo. Así como el maestro de Ricardo, hay personas que van más allá del rol de maestro dentro de un salón de clases; logran conectar con la confianza de sus alumnos, aconsejan, instruyen y se vuelven grandes amigos.
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Quizá dentro de tu trayectoria académica, ya sea en educación primaria, media o superior, recuerdas con mucha nostalgia aquel maestro o maestra que marcaron la diferencia al resto; han sido ejemplo de superación en lo que hacen, extendieron su ayuda en momentos difíciles, cambiaron el formato de enseñar y escuchar a la clase, brindaron un buen consejo o simplemente hicieron una excelente conexión contigo, ¿A qué se debe esta situación?
LA CONEXIÓN SOCIAL MEJORA EL APRENDIZAJE
Una investigación de Educación Futura, una organización que se dedica al análisis y debate sobre la educación en México, demuestra que una sensación de conexión social puede mejorar el aprendizaje.
Las actividades que traen los estudiantes juntos (como la tutoría por pares y aprendizaje cooperativo) han mostrado un aumento marcado de hasta 75% de mayor desempeño en las valoraciones. Con ello, se dice que los maestros que apoyan el aprendizaje centrado en el estudiante, hacen frecuentemente un impacto mayor en las vidas y en la educación de los mismos, más que los maestros que permanecen distantes o alejados del alumnado.
A lo anterior, no hay que dejar de lado la vocación que las personas le toman a su profesión ya que la manera en que imparten el conocimiento dice mucho de la valoración que le dan a la enseñanza, explican.
Por ello, en LH Bienestar te presentamos cinco formas que recomiendan los expertos para que los docentes puedan conectar con sus alumnos, porque estas se pueden considerar una de las tareas más complicadas.
Además, debes saber que en lugar de priorizar la transmisión de conocimiento, también puedes impulsar esa conexión de confianza con los alumnos para lograr una relación exitosa.
TOMA EL TIEMPO PARA CONOCER A CADA UNO
Es complicado conectar con alumnos a los cuales no se conoce de forma personal y a quienes solo se puede tener un acercamiento por sus tareas o exámenes. Por eso, recomiendan abrir el salón a un espacio donde todos interactúen para hablar y ser escuchados y así interesarse por sus necesidades, gustos o metas.
En esa medida, se pueden incentivar juegos que revelen la personalidad e incluso dinámicas en donde los maestros abran la comunicación, esto será un canal para generar puntos en común.
Por ejemplo, usar los recreos para observarlos y para hacer las preguntas correctas. Se sabe que un “¿cómo estás?”, no siempre rompe el hielo a buenas conversaciones, pero intentar con saber un poco más en su día a día es buena idea, preguntar qué hicieron en vacaciones o durante un fin de semana puede darte algunas pistas.
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LA VOCACIÓN DICE MUCHO DE TÍ
Algunas personas imparten esta profesión porque son muy conocedores; sin embargo, son pocos los que tienen vocación. Algunos alumnos llegan a las aulas fastidiados por la idea de que lo que aprenden no sirve en el mundo o simplemente sienten apatía por ciertas materias.
Los expertos explican que vencer esto es complicado, pero si ellos se encuentran con un docente apasionado y feliz de transmitir una materia que le gusta, será más sencillo conectar con ese conocimiento. No siempre se tiene esa personalidad de entusiasmo, aunque lo sientan. Se tiene que ser consciente al respecto y aprovechar la pasión y el amor por la profesión, ya que si se cuenta con ambos será más útil, los alumnos lo notarán y se engancharán.
NO ERES UN SER PERFECTO
Los errores son necesarios, saludables, inevitables y útiles para el aprendizaje de la vida.
Si eres docente de seguro, sabrás que hay momentos en los que desconoces la respuesta a una pregunta, por ello admitir las dificultades o los errores frente a los alumnos, los hará entender que su profesor es humano, comete errores y no se siente mal al respecto ya que están juntos en el camino del aprendizaje.
Por ejemplo, si no conoces una respuesta, dile a tus alumnos e investiguen juntos. ¿Te equivocaste en algo? Dile a tus alumnos y reparen el error, es una buena oportunidad para que todos aprendan.
DINÁMICAS Y MENOS SERIEDAD
Aunque el aprendizaje es un proceso serio, también hay momentos que se pueden tomar con humor. Puedes implementar dinámicas que hagan interactiva tu clase para que todos participen. Date la oportunidad de hacer de tu materia divertida, agrega algunas bromas, emociónate cuando expongas algún tema y agrega pequeños momentos en los que la tensión se desvanezca.
IDENTIFICA Y RESPETA SUS PERSONALIDADES
Es verdad que quienes más destacan en los salones de clase suelen ser los más extrovertidos, pero en las aulas siempre hay personalidades de todo tipo, algunos más callados que otros, algunos más observadores y menos sociales.
Por eso, los especialistas en la docencia explican que como docente tienes la oportunidad de observarlos a todos, determinar algunos de sus rasgos de personalidad y utilizarlos a su favor en el salón de clases. Pero no presiones a los alumnos para que sean diferentes ni los compares entre ellos, cada uno tiene su forma de dar y de recibir y es muy importante que como docentes comprendas esta diferencia, fluye con esto y agrega actividades para todo tipo de personas.
Cuéntanos: ¿De qué manera conectas con tu profesión?
