Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
Circula un audio en redes sociales que explica bastante de lo que pasó alrededor de Prosperidad Ciudadana (PC), la candidatura de Carlos Pineda y el rol del diputado Jorge García.
Era una conversación que nunca debió haber salido a la luz, solo Dios sabrá porqué la señora publicó el audio y porqué quien habla confiaba en ella. En el mismo se aborda de forma clara una realidad ineludible y es el rol que han jugado el presidente Alejandro Giammattei y Miguel Martínez en aglutinar instituciones hacia un mismo propósito en Guatemala y que no necesariamente tiene que ver con una visión de país.
Ese no ha sido ningún secreto y todo mundo le reconoce a Giammattei que logró alinear todos los astros del sistema. Al inicio, todo bien y muchos le aplaudían el esfuerzo, algunos pocos lo acompañaron en sus caminos y otros tantos, solo guardaron un silencio que allanó el camino.
Pero luego, cuando fueron viendo cómo se iba concentrando más y más poder, algunos quisieron pegar el grito al cielo pero ya era demasiado tarde. Veamos el ejemplo de las dos candidatas a las que nos les quedó más que “llegar a acuerdos” para tener la bendición.
Si no fuera por sus pactos con Giammattei, hoy no estarían en la papeleta presidencial. Cuando el Presidente, entonces candidato, pidió el voto lo hizo prometiendo que si lo elegían iba a hacer todo lo posible por encarcelar a Sandra Torres.
El MP procedió en su contra y luego todo cambió para ella. Salió de la cárcel, le devolvieron el partido, evitaron su cancelación y ella dio sus votos en el Congreso, no fue obstáculo para los negocios estatales y se aseguró ser idónea para el Tribunal Supremo Electoral (TSE), asegurando además que la prohibición que pesa sobre su vicepresidenciable no fuera obstáculo. Ahora alaba la labor de Consuelo Porras y no marca distancia del Gobierno.
Mismo caso el de Zury Ríos. Dio sus votos en el Congreso y pactó la elección de la Corte de Constitucionalidad (CC) para tener al menos dos votos a su favor. Ahora quieren marcar distancia porque saben que esa cercanía les pasa demasiada factura, pero si no hubiera sido por esos pactos, por los apoyos y los silencios cómplices, ella no estaría en la papeleta del 25 de junio. Sus diputados quieren marcar algo de distancia pero lo hecho no los deja.
Y explico todo esto porque en el referido audio se destaca el rol que el Presidente ha jugado en hacer que todo cuaje, que todo esté alineado. Fue muy burda la manera en la que protegieron al diputado Jorge García y en ese audio se explican muy bien algunos de los que pudieran ser los motivos.
Él era parte de la Junta Directiva del Congreso (oficialista y electa gracias a los pactos que se lideraron desde Casa Presidencial) y como parte del botín a este congresista le tocó el Insivumeh.
Su antejuicio ha sido la antítesis de los procesos de aquellos que están en enemistad con el MP y el Gobierno y ha dormido el sueño de los justos de forma burda pero extraña.
Si lo que se mencionan en ese audio es preciso, he ahí la razón del entrampamiento del proceso en contra de García pero más importante, he ahí la razón de porqué el Gobierno anda viendo cómo queda bien con Estados Unidos (Ucrania, Taiwán, etc.) pues les preocupará terminar como Juan Orlando Hernández.
No podemos tapar el sol con un dedo y esa manera en la que opera el sistema debe ser el reto de quien asuma las riendas del país y diga estar comprometido con dar pasos decididos en función de la resolución y transformación de un sistema que está diseñado para que los que deseen hacer las cosas bien, vivan un viacrucis.
Entender cómo han operado las cosas es vital si de verdad queremos llegar a acuerdos entre los distintos sectores.