Walter Juárez Estrada

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El modelo político que ha tenido Guatemala, desde la llamada primavera democracia, ha conjuntado a políticos de viejo cuño, asociarse con nóveles aspirantes a cargos de elección popular, olvidarse del pueblo que en los últimos 50 años, ha estado sumergido en un atraso, con una corrupción sin límites, con la cooptación de todos los organismos Estado, violando la Constitución y del ciudadano marginado, que lucha y exige más hospitales, se mejore la red hospitalaria, crear fuentes de trabajo, reducir la canasta familiar, luchar contra la desnutrición y con esa lacra de violencia, donde los grupos antisociales se conjugan para extorsionar y hacer dinero, quien no cumple, firma su sentencia de muerte.

Los últimos presidentes que ha tenido Guatemala no han cumplido lo que ofrecen, engañan con ofrecimientos y promesas, haciendo a costa del erario público. El país está en una pobreza galopante. Con un Congreso de la República que se liga con el gobierno de turno, mediante pago de coimas y sobornos, que no emite leyes de beneficio social. Que ha permito la permanencia de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y Salas de Apelaciones, más de los cinco años que regula la Constitución, donde se condena a jueces honestos, fiscales, abogados y periodistas que han sido severos en la crítica y parcos en el elogio, sin resolver la mora judicial y muchos etcéteras…

Se conoce que la mayoría de diputados y alcaldes, luchan por la reelección, que no debe permitirse, especialmente en aquéllos legisladores que se han asociado con narcos, que son los que financian sus campañas. Volver a lo mismo sería un retroceso y el pueblo debe estar consciente y seguro que su voto vale y es el soberano, el que quita y el que pone.

Han sido corruptos los diputados, los alcaldes y los presidentes que han dirigido el ejecutivo, que tres de ellos han imputados en los tribunales por actos espurios en el ejercido del poder. Casos concretos la mancuerda formada por Pérez Molina-Baldetti Elías, el fallecido Álvaro Colom y Jimmy Morales, que tiene el descaro de impulsar la candidatura de su hermano que de pachazo quiere gobernar, sin tener la idoneidad, mucho menos la capacidad.

Guatemala, está en la mira internacional por sus marcos desaciertos. Varios funcionarios, políticos, han sido tachados por el gobierno estadounidense y tienen prohibición de entrar al país norteño. En las elecciones del 25 de junio, debemos demostrar madurez política y no permitir la reelección de diputados y alcaldes corruptos y exigir a los que se postulan para puestos de elección popular que firmen un compromiso ante el pueblo que, si a medio mandato no cumplen con sus promesas, impulsar una consulta popular y echarlos de poder y si han cometido acciones espurias someterse a los tribunales. Exigir al Tribunal Electoral, que no sea sumiso y que cumpla con lo que indica la Constitución, que los tribunales ordinarios resuelvan con apego a derecho, que la Corte de Constitucionalidad, sea verdaderamente garante de la defensa de la Constitución. Este proceso electoral discurre entre la desconfianza y el voto nulo, en razón que los 30 partidos que postularon candidatos a la presidencia, al Congreso y a puestos de elección popular, son entidades mercantiles que comercian con la inocencia del pueblo que en la mayoría de las ocasiones sin quererlo es atrapado por los corruptos de siempre. Si en los comicios que están en marcha cometemos otro error, seremos nosotros solidariamente responsables del atraso, el subdesarrollo y que la violencia siga haciendo de las suyas por la incapacidad de los que dirijan los destinos del país el otro año.

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