Para las generaciones antes de los 90, era muy difícil tener acceso a un teléfono móvil, con suerte, la gente salía de casa y hablaba desde las cabinas telefónicas. Ahora todo es diferente, en un mundo donde las tecnologías de vanguardia están modificando la realidad, desde el más grande hasta el más pequeño de la casa posee un dispositivo móvil lo que antes era imposible.
La Superintendencia de Telecomunicaciones de Guatemala (SIT) en el Boletín Estadístico del primer semestre del 2022, establece que hasta ese momento había 20.4 millones de usuarios móviles en operación. Lo que señala que los dispositivos móviles son parte del día, por ocio, trabajo y estudios; los celulares son imprescindibles para realizar cualquier actividad.
RESTRICCIONES EN EL USO DE DISPOSITIVOS MÓVILES
El mundo del internet ofrece grandes ventajas, sus herramientas son útiles para la formación del ser humano, sin embargo, los riesgos de navegar en internet también son latentes.
¿Qué hay de los menores que navegan en internet sin ninguna limitante? Ante esta preocupación, la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría, explica que los niños menores de doce años no deben usar aparatos sin control; los bebés de 0 a 2 años no deben tener contacto alguno con la tecnología, los de 3 a 5 años deben limitar su uso a una hora diaria y los de 6 a 18 años la restricción debe ser de 2 horas diarias.
La española Alba Castellvi, socióloga, asesora educativa, orientadora familiar y profesora de la Universidad de Barcelona explica que desde su punto de vista el riesgo que corren los niños al navegar en internet no es el único problema de la nueva era, sino también es la adicción a las pantallas.
Sin embargo, la orientadora es consciente que establecer límites puede implicar conflictos con los hijos, ya que de algún modo puede interpretarse como “violar su privacidad”.
Entonces ¿Dónde están los límites entre la privacidad y la protección de los hijos? Gabriela Matienzo psicóloga infantil y juvenil de la Universidad de las Américas de la Ciudad de México habla al respecto.
La psicóloga señala que esta pregunta causa controversia ya que los padres sienten la necesidad de controlar lo que hacen sus hijos; resalta que a medida que los niños van creciendo empiezan a necesitar su espacio personal y tienen derecho a la privacidad.
CONTROLES PARENTALES
Sin embargo, la experta explica que existen formas menos invasivas de controlar a los niños, no se trata de revisar el teléfono a escondidas o espiar su habitación mientras se duchan. Por el contrario, menciona que hay medidas en las que se pueden plantear con buena comunicación y establecer acuerdos.
“Antes de tratar de controlar la vida de nuestros hijos, debemos preguntarnos cómo está nuestra relación con ellos, si conocemos bien a sus amigos, si tenemos una buena comunicación, todo fluirá mejor. Nos podemos acercar a ellos y decirles que queremos echar un ojo a sus conversaciones, lo ideal es hacerlo acompañado de ellos”, explica.
Uno de los que habla la profesional, es anticiparles la idea de que de vez en cuando se les revisará el celular, esta medida ha sido efectiva para los padres y permite que sus hijos se acostumbren a la idea.
“Siempre y cuando ellos sepan el objetivo de los padres los niños reaccionarán mucho mejor y estarán más abiertos a las buenas intenciones de los padres”, explica.
De igual forma, no es un secreto que existen enfermedades que pueden alterar el bienestar de los adultos y niños al permanecer varias horas frente a las pantallas, algunos son: Problemas de aprendizaje, alteraciones en el sueño, déficit de atención, adicción infantil, exceso de radiación, obesidad infantil.
En LH Bienestar te presentamos diez consejos que Castellvi propone para poner límites en el uso de los dispositivos móviles.
Fijar horario de uso:
Establecer un horario fijo para utilizar el dispositivo, mañana o tarde. Siempre y cuando su uso sea después de cumplir con sus responsabilidades.
Establecer el tiempo del uso del Ipad:
El niño puede elegir en qué franja hará uso de ese tiempo (siempre que no interfiera en actividades familiares). Él lo anunciará y los padres garantizarán que se respete. Si no se respeta, al día siguiente no se puede utilizar.
Fijar espacios del uso del móvil:
De preferencia deben ser espacios en dónde el padre tenga acceso a escuchar y ver lo que el niño hace. Por ejemplo: la sala de estar y la cocina. Fijar una hora límite por las noches, a partir de la cual se cierra el Wifi y no hay posibilidad de utilizar el móvil durante las comidas.
Controlar los contenidos que se bajan de internet:
Todos los dispositivos tienen controles parentales, establece a qué páginas tienen acceso los niños. Una de las ventajas de estas herramientas es que notifican qué contenido se intenta descargar.
Decidir previamente qué programas quieren mirar:
Lo mejor es ofrecer una selección previa hecha por los padres y dejar que elijan. Deben dejar la pantalla cuando finalice el programa.
Acompañar a los hijos mientras juegan o ven sus programas:
Mirar los programas de televisión con los hijos, al menos una parte, para poder comentar en otro momento, el tono, describir contenidos y así transmitir valores.
Apagar todas las pantallas durante los ratos de comidas
Impedir que haya pantallas en la habitación particular.
Encargar a él mismo sus obligaciones:
Que sea él niño quien se encargue de apagar los aparatos cuando el tiempo se acabe. Los padres no deben hacerlo.
Finalmente, ambas expertas recomiendan buscar otras actividades no digitales para disfrutar con los hijos: caminatas al aire libre, nadar, día de campo, natación; son algunas fuentes de placer lejos de las pantallas.