Es una paradoja que mientras el país se destruye a ojos vistas, con agujeros enormes y carreteras despedazadas, tengan el cinismo de decir que están construyendo Guatemala. Foto: La Hora/COVIAL.

En una forma burda de usar fondos públicos para hacer propaganda política, el gobierno dispuso colocar infinidad de vallas en el territorio nacional con la frase “Vamos construyendo Guatemala”, promoviendo la supuesta obra que se estará realizando con el jugoso presupuesto que, con fines eminentemente electoreros, aprobaron en el Congreso. En realidad lo que debería decir esa propaganda es: “Vamos a explotar los recursos públicos” que es lo que realmente se propone el partido político Vamos, que llevó a Giammattei a la Presidencia y realiza cuanta maniobra se le ocurra para continuar controlando al país.

Todo mundo sabe que el Tribunal Supremo Electoral está al servicio del jefe de jefes y actúa como se le ordena y, por lo tanto, la utilización de los recursos del Estado para hacer campaña a favor del partido oficial no será objeto de análisis, mucho menos de sanciones de parte de la autoridad supuestamente encargada de hacer cumplir la ley. Pero eso no quita que se trate de una burda maniobra para piñatizar los recursos y, de paso, promover en todo el país, de forma burda, al partido Vamos, mismo que hace cuatro años postulaba a quien se ha distinguido por la destrucción del país.

Es una paradoja que mientras el país se destruye a ojos vistas, con agujeros enormes y carreteras despedazadas, tengan el cinismo de decir que están construyendo Guatemala. La verdad evidente es que en estos tres años el país ha sufrido la mayor destrucción de su historia porque la infraestructura que se ha contratado es de pacotilla y no ha resistido ni un aguacero, en tanto el trabajo de mantenimiento, que debiera ser permanente y bien hecho, brilla por su ausencia como lo puede afirmar cualquier ciudadano con menos de dos dedos de frente.

La palabra Vamos es de uso común y cotidiano, pero siendo el nombre del partido político oficial es obvio que el gobierno está utilizándola con fines de propaganda electoral y eso debiera ser, no solo impedido, sino seriamente castigado. Pero una cosa es lo que debiera ocurrir y otra muy distinta lo que se produce en este ambiente de captura y cooptación de toda la estructura legal del Estado, que ha sido puesta al servicio tanto de la corrupción como de la impunidad. Y se proponen que la fiesta siga, demostrando sin pudor su prepotencia para explotar los recursos públicos a favor del partido Vamos.

En medio de la situación actual no se puede esperar apego a la ley ni respeto a las normas porque está visto que para ellos, todo se vale.

Redacción La Hora

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