Hace 16 años, el 20 de octubre de 2006, uno de los bancos de mayor crecimiento en el sistema financiero del país, el Banco del Café S. A., mejor conocido como Bancafé, se declaró en quiebra. De la noche a la mañana, la preocupación se adueñó de cientos de guatemaltecos que confiaron sus ahorros a la entidad.
“Cuentahabientes asisten a agencias cerradas”, se lee en la portada de La Hora del 21 de octubre de 2006.
En una revisión de su hemeroteca, este medio encontró el ejemplar de ese día, donde destacan los anuncios de la Junta Monetaria (JM) y la Superintendencia de Bancos (SIB) informando a la población el proceder de la suspensión de operaciones.
Los miembros de la JM, en conferencia de prensa, informaron ese día a los accionistas y clientes que sus ahorros estaban garantizados.
Sin embargo, muchos guatemaltecos se dirigieron a varias agencias de Bancafé y cajeros automáticos para pedir información o retirar su dinero. Los cuentahabientes se quejaron de que la institución no les brindó la información con certeza sobre la integridad de sus fondos.
“Cuentahabientes llegaron a la agencia central Bancafé, para buscar información, pero lo que encontraron fue una malla metálica que evitaba entrar a las instalaciones”, se detalla en una de las notas de la edición.
EL ORIGEN DE BANCAFÉ
En su libro “Historia del Sistema Financiero Guatemalteco”, Moisés Dardón detalla que la constitución de Bancafé fue aprobada el 8 de febrero de 1978 por la JM. Esta banca fue habilitada para realizar operaciones comerciales e hipotecarias, con orientación hacia el financiamiento agropecuario. Fue hasta el 13 de octubre de 1978 que la SIB autorizó la apertura del banco.
De acuerdo con el autor, Bancafé aumentó su participación en el mercado, pasando del sexto al segundo puesto a través de la absorción de Multibanco en 1999.
Cuatro años después, se conformó el grupo financiero: “Bancafé Grupo Financiero del País”, integrado por una financiera, una aseguradora, un almacén general de depósito, una casa de bolsa y una off shore.
LAS INFRACCIONES DE BANCAFÉ
Dardón cuenta que la entidad bancaria y el grupo financiero operó con normalidad por muchos años; sin embargo, en agosto del 2006 la SIB confirmó que Bancafé infringió el artículo 47 de la Ley de Bancos y Grupos Financieros, por otorgar financiamiento a una unidad de riesgo en exceso del 30% de su patrimonio computable, cuando el límite no puede exceder el 15%.
Un mes después de confirmar la infracción, la SIB le señaló al banco, que por reiterados incumplimientos al artículo 47 de la referida Ley, estaba obligado a presentar un plan de regulación.
A pesar de entregar el plan solicitado, la SIB estableció que la banca continuó dando financiamiento al Bancafe International Bank Ltd., que conformaba parte del Grupo Financiero del País.
Además, en el plan de regulación se estipuló que la negociación para la venta de participación accionaria de las empresas miembro del grupo financiero, que se habían incluido en el plan, se realizaría dentro del periodo del 28 de septiembre al 10 de octubre, pero Bancafé no lo cumplió.
LA SUSPENSIÓN DE OPERACIÓN
Derivado de lo anterior la JM, tras una recomendación de la SIB, resolvió la suspensión de operaciones de Bancafé el 19 de octubre de 2006.
EL DEPÓSITO DE LOS AHORRANTES
Luego de la suspensión, aplicando lo establecido en la Ley, se cubrió el 100% de depositantes que poseían 1,001,809 cuentas constituidas en Bancafé, por un monto de Q6,869,931,964.89.
Es decir que recuperaron sus ahorros y el pago de pasivos laborales. Estos depósitos fueron trasladados a tres bancos: Banco de Desarrollo Rural (Banrural), Banco Reformador y Banco Agromercantil.
“El FOPA inyectará más de Q1,300 millones para cancelar a los cuentahabientes que tengan depósitos menores a 20 mil quetzales, según lo argumentado por las autoridades de la Superintendencia de Bancos y la Junta de Exclusión de Activos y Pasivos del Banco del Café”, se lee en otra de las notas de La Hora.
¿QUIÉNES PERDIERON SUS AHORROS?
Tras la suspensión del banco, también se revocó la conformación del Grupo Financiero del País.
“Muchas personas dicen que perdieron su dinero en Bancafé haciendo referencia al banco establecido en Guatemala; sin embargo (…) todos los depositantes recuperaron sus depósitos. Lo que realmente sucedió, es que las personas que perdieron parte de su dinero eran inversionistas de Bancafe International Bank, entidad constituida en 1995 en Barbados y sometida a las leyes de ese país”, se lee.
Bancafe International Bank fue una off shore que operaba en Guatemala y la única entidad del grupo financiero que no pudo seguir operando “porque técnicamente estaba quebrada”, pues le entregó a una empresa quebrada (REFCO Capital Markets, ubicada en Estados Unidos) un monto importante de sus activos. Esta información había sido ocultada a la SIB hasta que salió a la luz.
Los directivos de Bancafé invirtieron alrededor de US$204 millones del capital del banco a la corporación financiera REFCO.
En consecuencia, muchas personas perdieron parte de sus inversiones en dicha off shore, entidad que, por radicar en Barbados, no aplicaba a la red de seguridad bancaria que cuentan los bancos nacionales, como el Fondo para la Protección del Ahorro ni la supervisión de la SIB.
“Debido a la especulación del manejo de información de los fondos de Bancafe Internacional Bank, los inversionistas guatemaltecos de la off shore temen haber perdido su inversión en dólares, por lo que en los próximos días emprenderán varias acciones legales en contra del Banco del Café”, señala el lead de una nota del 30 de octubre de 2006 de La Hora.
LA INJERENCIA POLÍTICA
Como se lee en las notas de La Hora en la edición del 21 de octubre y posteriores, Eduardo González, hijo del presidente de Bancafé, Eduardo Manuel González Rivera, y accionista del banco, era el precandidato con mayor oportunidad de ganar las elecciones primarias del partido de la Gran Alianza Nacional (Gana).
Cuando se anunció la suspensión, el candidato afirmó que su equipo seguía en la contienda, pero reconoció que su principal preocupación era el destino de los clientes del banco y los empleados.
Finalmente, González ya no fue el principal candidato presidencial para las elecciones generales de 2007 del partido Gana, en su lugar fue proclamado Alejandro Giammattei, convirtiéndose en su primera participación en las elecciones generales.
Personajes de la coyuntura política guatemalteca también resonaron en ese entonces. Manuel Baldizón, quien era diputado de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), creó el Frente de Defensa de Ahorrantes e Inversionistas de Bancafé y la off shore, con la cual planteó una querella penal contra el consejo de administración de la institución bancaria.
“No desistiremos hasta que nos expliquen por qué si conocían los problemas financieros de Bancafé, no actuaron desde 2005”, dijo Roxana Baldetti entonces diputada.
LA QUIEBRA OFICIAL
El 2 de enero de 2008 por unanimidad la JM resolvió instruir a la SIB solicitar al Juzgado de Primera Instancia del Ramo Civil la declaratoria de quiebra de Bancafé, lo cual sucedió hasta el 25 de mayo de 2017, cuando el organismo jurisdiccional declaró la quimera fraudulenta de la entidad.
LAS AUTORIDADES AL FRENTE
En el 2006, María Antonieta Del Cid fungía como presidenta de la JM y el Banco de Guatemala (Banguat), mientras que Willy Zapata ejercía como Superintendente de Bancos, ambos profesionales economistas con una carrera formada dentro del banco central.
Dieciséis años después, los nombramientos para esos cargos han sido designaciones que no han tomado en cuenta la experiencia de los funcionarios en estos puestos, específicamente en la materia económica. Actualmente, el presidente del Banguat y la JM es Alvaro González Ricci, mercadotecnista y exministro de Finanzas del gobierno del presidente Giammattei. Por otra parte, al frente de la SIB está el abogado Saulo de León.
EL CASO A LA FECHA
Casi dos décadas después del acontecimiento que se robó los titulares de los medios locales e internacionales y estremeció al país, el Juzgado de Mayor Riesgo “B”, a cargo del juez Miguel Ángel Gálvez, otorgó medida sustitutiva a Celeste Aída Desiree Soto Vettorazzi y Manuel Eduardo González Castillo, ambos exdirectivos del Bancafé.
Soto Vettorazzi y González Castillo permanecerán bajo arresto domiciliario. La defensa alegó razones humanitarias, pues se trata de “personas de la tercera edad con quebrantos de salud”.
De acuerdo con la Fiscalía, entre 1997 y 2006 los acusados realizaron transferencias monetarias ilegales con fondos de Bancafé y los invirtieron en Bancafe International Bank. Dichas actividades ilícitas resultaron en la pérdida de Q1,200 millones, propiedad de los clientes de la entidad bancaria.
Mientras que Manuel Eduardo González Rivera, expresidente de Bancafé, falleció en mayo del 2014. González estuvo detenido hasta el 2013, cuando se resolvió suspenderlo temporalmente del proceso, derivado de su estado de salud.
Según los cálculos del MP, entre cuentahabientes e inversionistas, suman 3,336 personas afectadas por el supuesto fraude.