Por Alejandro García
Pluma invitada
Yo sé que no es así no más, pero… ¿De qué estamos hechos sino de utopías?
En casi 70 años la selección mayor de futbol de Guatemala ha logrado: una copa UNCAF y dos medallas de plata, una en los Juegos Panamericanos en 1983 y una en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 1950. Son tres logros en 69 años (Guatemala se afilió a la FIFA en 1946). Tres miserables logros en 69 años, eso es un logro cada 23 años. Y si no quieren hablar de palmarés, seamos sinceros, la sele no está a la altura para competir a nivel internacional, ¿Alguna vez lo ha estado?
Mientras tanto, cada año, otros deportistas nacionales destacan en todas las ramas en las que participan. Cada año artistas guatemaltecos sobresalen a nivel nacional e internacional; tenemos creativos formándose en las mejores escuelas de arte del mundo y otros publicando, exponiendo y presentándose en los mejores escenarios también. Un Bruno Campo dirigiendo orquestas en Europa, una Gaby Moreno ganando un Grammy Latino, una Rosina Cazali recibiendo el Premio Príncipe Claus, un Julio Serrano recibiendo el Premio Alhambra de poesía americana, una editorial Amanuense con reconocimientos en Estados Unidos, Canadá e Italia, un Luis Pinto exponiendo en Viena, un Gustavo Fajardo publicado en Oxford University y SCAD University, un Álvaro Sánchez reconocido en España (…) en un mes el arte y las otras ramas deportivas sobrepasan abrumadoramente los escuálidos logros del futbol guatemalteco.
Se me ocurre, entonces… ¿Por qué no por un año, un año apenas, tomamos el 85% del presupuesto dedicado a la liga nacional de Fedefut y lo redirigimos a otras ramas deportivas y al crecimiento artístico y cultural? Un año nada más, a ver qué pasa. Un año nada más. Y si después de ese año nuestros artistas y deportistas nos decepcionan pues, regresamos a como estábamos antes (sé que no sería así).
No me importa si la sele dió lo mejor, si hay corrupción en la federación, si los futbolistas guatemaltecos serían mejor con otros directivos, preparación física y entrenadores, no me importa todo eso. En los libros de historia no va a decir “Guatemala perdió ante Cuba por corrupción en Fedefut” va a decir “Guatemala perdió ante Cuba” así como ya dice “Jorge Vega López medalla de oro sobre dos estadounidenses”.
Lo que realmente importa es que el verdadero talento guatemalteco tiene que conformarse con las migajas y tiene que contemplar cómo el banquete está en boca de quienes no lo merecen.
No descarto que los niños futbolistas de 4 o 5 años dentro de un par de décadas lleven a Guatemala al mundial y, quizás, lleven a Holanda a penales, como lo hizo Costa Rica. Descartar esa posibilidad y denegar el potencial de esos niños sería una desconsideración y una tremenda estupidez, justo como lo que se hace día a día dando de menos a los marchistas, a los tenistas, a los nadadores, a los corredores, a los gimnastas, a los escritores, a los pintores, a los músicos (…) todos ellos que sí están llevando a Holanda a penales y además ¡Le están ganando! –en sentido figurado, claro-.
Ahora mismo uno de los grupos más importantes de bossa en Guatemala, Brigadeiros, conformado por David Lemus y David Chinchilla, se está preparando para una gira en Alemania –y ¿cómo le van a hacer? – le pregunté a David (Lemus) hace una semanas. –Pues, tocando y tocando; ahorrando, viendo de dónde sacamos el pisto para irnos, ya no hay vuelta atrás, ya tenemos muchos conciertos agendados – me dijo. Ese par de cabronazos no tienen ningún apoyo institucional, sin embargo, están haciendo lo imposible para llegar hasta Bonn. “Esta es una gran oportunidad para nosotros, pero representa un gasto que aún no somos capaces de absorber por cuenta propia” afirma una publicación de la banda; no deberían absorber esos gastos, pienso.
Mientras, la delegación de futbol de Guatemala tiene todas las facilidades de viaje, alojamiento, viáticos y demás que se traduce al último lugar del grupo C debajo de Trinidad y Tobago, México y Cuba. Por otro lado los Davides exprimen cada centavo para llegar a Alemania, los atletas guatemaltecos que compiten en los Juegos Panamericanos en Toronto viajan con 40 dólares para gastos y, por si se les había olvidado, Erick Barrondo ofreció vender sus medallas para costear un vehículo adecuado para la Federación de Atletismo.
Repito, cada año nuestros artistas y demás deportistas llevan a Holanda a penales, otras veces los golean en los 90 minutos reglamentarios; no hay Tim Krul que los pare.
Es pedir mucho, claro, que futbolistas, entrenadores y directivos renuncien a un gran trozo de su salario y apoyo económico. Ya sé, ya sé, que eso implica “perjudicar” a patrocinadores e inversionistas, ya sé, ya sé que no es así no más pero…… ¿No sería lindo y –sobretodo- lo correcto? Probemos, un año no más, a ver qué pasa.
“…el verdadero talento guatemalteco tiene que conformarse con las migajas y tiene que contemplar cómo el banquete está en boca de quienes no lo merecen.”