Factor Méndez Doninelli
La historia de la humanidad y con ella la de los pueblos, está llena de pasajes heroicos, valientes y audaces que la mayoría de veces, alcanzaron el éxito deseado y en consecuencia cambiaron el rumbo de la historia. Desde que se tiene registro de los procesos, sucesos y acontecimientos de resistencia sucedidos durante los distintos modos de producción pasados y presentes; desde la comunidad primitiva, pasando por la esclavitud, después con el feudalismo y por último el capitalismo y el socialismo, encontramos que resalta el protagonismo de actores sociales individuales y colectivos, distinguidos por encabezar luchas de resistencia unas veces violentas y otras no violentas.
Así sobrevive el ejemplo de personajes como Espartaco y Antonino, dos esclavos que encabezaron la épica resistencia contra la esclavitud, hasta que esta desapareció. Durante el proceso de desintegración del feudalismo extendido en la Europa hay muchos modelos, entre ellos, sobresalen las luchas campesinas, la rebelión de los Jacquerie en Francia (1318), Wat Tyler en Inglaterra (1381), las guerras religiosas husitas en Bohemia (1417-1435), guerra campesina en Alemania (1525), guerras campesinas en Rusia (1773-1775), Revolución Francesa en 1789 que el 4 agosto de ese año, decretó el fin del feudalismo y abrió el camino para el proceso de transición y consolidación del capitalismo.
En el desarrollo del modo de producción capitalista que conocemos en occidente, abundan los paradigmas de resistencia. Para mencionar algunos que pertenecen a la historia reciente del siglo pasado, tenemos la valiente resistencia de población civil que como un ejército de sombras se opuso a la ocupación nazi fascista que, durante la Segunda Guerra Mundial se extendió por toda Europa.
Nelson Mandela en Sudáfrica, líder indiscutible que logró la eliminación del apartheid, el perverso sistema de segregación racial que predominaba. Martín Luther King en Estados Unidos, riguroso defensor de derechos civiles y políticos de la población afroamericana estadounidense. Mahatma Ghandi en la India, aplicó los principios de la desobediencia civil no violenta y logró liberar a su país del dominio extranjero.
Destacan las luchas de liberación de los pueblos, que sobre todo en América Latina cobraron vigencia la segunda mitad del siglo XX. La resistencia ancestral de los pueblos originarios en defensa de la vida, del territorio, de los recursos naturales, de la tierra, es vigente y legítima.
En Guatemala los pasajes de resistencia civil no violenta, son parte de la historia nacional, son historia escrita. Cabe mencionar que en la mayoría de ocasiones y no por casualidad, la resistencia ha sido protagonizada por la participación de la juventud estudiosa del país, conducida por estudiantes universitarios y de niños-jóvenes de secundaria.
Eso ocurrió en la Revolución de octubre de 1944, en las luchas pre insurreccionales de marzo y abril de 1962 y en las jornadas populares de 1977-78. Ahora en la actual coyuntura del país, son los jóvenes del Frente de Resistencia por el Rescate de la Universidad de San Carlos, la única universidad pública en este país, quienes conducen la lucha. De nuevo los jóvenes resisten, en este caso, contra el fraude electoral que impuso Rector en esa casa de estudios superiores.
En general, la compleja situación política, económica y social que prevalece en Guatemala es una crisis coyuntural que, requiere despertar la conciencia ciudadana, llamar a la resistencia civil no violenta, fortalecer la lucha contra la dictadura de Alejandro Giammattei, la corrupción gubernamental, la impunidad y las sistemáticas violaciones a derechos humanos.
La unidad y resistencia son la clave.