En la fotografía, Miguel Martínez durante una actividad realizada en El Progreso. Foto: La Hora

Por principio nos parece un absurdo antidemocrático y contrario a la libertad de expresión esa figura de la campaña anticipada en un país donde la clase política goza de enorme desprestigio y urgen nuevas figuras que necesitan proyectar no solo su pensamiento e ideas, sino también su personalidad y trayectoria. Pero lo peor de todo es el doble rasero inmoral e indecente que priva para las autoridades electorales porque se demuestra su sumisión y parcialidad.

Miguel Martínez, Centro del Gobierno y desde ya candidato a diputado encabezando el listado nacional del partido oficial, hizo una actividad política el pasado fin de semana, en la que inclusive recibió un beso del Gobernador de El Progreso, que fue un típico acto de campaña y el Tribunal Supremo Electoral, que ha advertido a candidatos como Mulet, Zury Ríos y Roberto Arzú, entre otros, no ha dicho ni pío respecto a ese evidente gesto violatorio de la norma que no por estúpida y mal intencionada se puede dejar de cumplir.

Repetimos que en democracia todo ciudadano, sea político o no, tiene todo el derecho de opinar y de expresar su pensamiento en la forma en que le parezca sin más límites que los que establece la Ley de Emisión del Pensamiento, que tiene rango constitucional. La forma en que ese derecho fundamental se ve suprimido, de tajo, por la Ley Electoral y de Partidos Políticos es evidente, pero, desafortunadamente, nadie ha planteado la inconstitucionalidad de esa norma.

En todo caso, así como Miguel Martínez puede hablar de su aspiración de ser diputado sin reacción del TSE, todo ciudadano tendría el mismo derecho. De lo contrario, estamos frente a un nuevo caso en el que se pisotea cínicamente la justicia porque se demuestra que la ley es solo para aplicarla a los enemigos del sistema de corrupción que se ha establecido en el país.

Y eso tiene mucho que decirnos respecto a lo que, como ciudadanos, debemos esperar del proceso electoral que se desarrollará el año entrante porque queda claro que el rasero para el oficialismo es blando y tolerante, mientras que para la oposición es duro y enérgico, lo que proyecta desde ya la imagen de unas elecciones amañadas no solo por las autoridades electorales sino por el resto de implicados en la administración de la justicia en el país.

Recordemos que la campaña anticipada puede dar lugar a la no inscripción como candidato de la persona que resulte señalada por el TSE, pero esa draconiana norma se aplicará única y exclusivamente a los que están salidos del guacal.

Redacción La Hora

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