Al menos 4.6 millones de guatemaltecos podrían entrar en emergencia de inseguridad alimentaria en los próximos meses debido a que 810 mil productores agropecuarios, que representan el 72% del total de agricultores, se verán obligados a utilizar menos fertilizantes para sus cosechas, lo que repercutirá en la disponibilidad de comida para las familias del país, según los datos oficiales del la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC).
Ricardo Rapallo, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en Guatemala (FAO), comentó a La Hora Economía sobre el origen de la temida crisis mundial alimentaria y su impacto en el sector agrícola del país.
¿A qué se atribuye el aumento en el precio de los fertilizantes?
Se origina en la conjunción de al menos dos situaciones: altos costos de combustibles (petróleo y gas natural), y menores niveles de producción y exportaciones de estos en varios países derivado de la guerra en Ucrania. Hoy los precios de los fertilizantes se sitúan en niveles récord desde 2008, pero este aumento venía dándose, aunque de forma menos llamativa, desde el pasado año, resultado también de la pandemia.
Globalmente hay problemas de disponibilidad de stocks de fertilizantes. En la región, esta situación afecta prácticamente a todos los países, salvo Trinidad y Tobago y Venezuela, y repercute seriamente sobre los que son más dependientes de las importaciones de fertilizantes, en particular a los que tenían alta dependencia de importaciones provenientes de Ucrania y de la Federación Rusa.
Por ejemplo, Argentina, Nicaragua, Uruguay y Colombia importan entre 10 y 20% de sus fertilizantes de Rusia; Brasil, Guatemala, México, Costa Rica y Panamá entre 20 y 30%; Surinam y Ecuador entre 30 y 40% y, Perú y Honduras, más del 40%.
Guatemala es uno de los ocho países que más importa fertilizantes (en términos relativos a su tierra cultivada) junto con Costa Rica, Ecuador, Honduras, Bahamas, Brasil, Uruguay y Belice.
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¿Cómo ha repercutido el aumento de los fertilizantes en los granos básicos?
En Guatemala, los informes oficiales señalan que los precios del quintal de maíz blanco y frijol negro, pagados al mayorista, rondan los Q200 y Q500, significativamente por encima de los promedios de los últimos cinco años.
Los mismos informes apuntan a que los precios se mantendrán en alza en los próximos meses. Adicionalmente, las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) y del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) señalan claramente incrementos en la inflación y los principales productos que componen la canasta básica de alimentos.
¿Cómo impactará esta crisis al alza en la agricultura del país?
Siendo conservadores, el aumento de los principales fertilizantes químicos ha sido en un 50% en solo un año. Esto afecta especialmente a los productores agropecuarios que viven en pobreza, que son un 72% del total, algo más de 810 mil productores en Guatemala. Estos son una mayoría y se verán obligados a utilizar menos fertilizantes, lo que tendrá una repercusión directa en la productividad y disponibilidad de alimentos para sus familias y el país próximamente.
Como ejemplo, los productores del oriente de Guatemala, especialmente del denominado Corredor Seco tienen un promedio de tierra para cultivar de media manzana por familia. Estimamos que necesitan unos 32 quintales de maíz al año para alimentar a una familia de seis miembros durante un año.
Hace un año, cuando el precio del fertilizante era al menos un 50% menor apenas lograban comprar fertilizante para producir suficiente maíz y frijol para garantizarse cinco o seis meses de reservas (unos 15 quintales de maíz).
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Con el actual precio, los rendimientos serán menores, aun teniendo un invierno climáticamente normal. Seguramente las reservas de alimentos durarán uno o dos meses menos. Esto obligará a las familias a utilizar sus ahorros, vender algunos activos, vender su mano de obra más meses al año, utilizar remesas o migrar.
En caso de prolongarse, provocaría inquietudes respecto de si la respuesta de la oferta puede ser tan rápida como suficiente.
¿Cuántas personas corren peligro de hambruna en GT?
A nivel mundial, el número de personas aquejadas de inseguridad alimentaria aguda aumentó hasta alcanzar casi los 193 millones en 2021, 40 millones más que en 2020, y está previsto que se incremente todavía más este año.
La proyección en Guatemala de la Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria en Fases, que cuenta con datos oficiales, estima que entre junio y septiembre de este año 4.6 millones de personas se encontrarán en situación de crisis o emergencia de inseguridad alimentaria aguda y disminuirá a 3.2 millones de personas de octubre de 2022 a febrero de 2023.
¿Qué alimentos han presentado el mayor incremento en sus precios?
Solo el año pasado, los precios de los alimentos se incrementaron un 21%. Es el nivel más alto en la última década, y según el actual contexto, seguramente siga en alza. El pasado 3 de junio fue presentada la última actualización y aunque ha caído por segundo mes consecutivo, aun así se encuentra 29.2 puntos por encima del valor registrado en el mismo mes del año 2021.
Los dos productos del índice de precios que más incremento han presentado en el último año son los aceites y cereales.
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¿Cuánto tiempo más puede durar la tendencia alcista en el precio de los fertilizantes?
Dependerá del tiempo que dure el conflicto en Europa del Este, y el nivel de destrucción que sufran los servicios e infraestructuras necesarias para producir y comercializar los productos agrícolas que allí se producen.
No debemos olvidar que ambos países en 2021 figuraron entre los tres principales exportadores mundiales de trigo, maíz, colza, semillas de girasol y aceite de girasol. Además, que la Federación de Rusia también se situó como el principal exportador mundial de fertilizantes nitrogenados; el segundo proveedor de fertilizantes potásicos y el tercer mayor exportador de fertilizantes fosforados.
También nos preocupa que algunas de las medidas que los países puedan tomar para proteger sus mercados nacionales puedan introducir mayores disrupciones en el flujo comercial de fertilizantes, y contribuir a mantener, o incluso aumentar su precio.
Además del conflicto en Europa del Este; ¿Qué otros factores ponen en riesgo la agroindustria?
Además del conflicto hay otros factores que podrían tener efectos en el sector. Uno son las crecientes restricciones al comercio que han adoptado algunos países, por ejemplo, restricciones a las exportaciones de trigo recientemente adoptadas en India.
Adicionalmente, la recuperación económica ha tenido un ritmo más lento de lo esperado, y las tasas de inflación están aumentando. Ambos factores tienen un efecto directo sobre la demanda y capacidad de acceso a los alimentos de las familias.
Los países de América Latina y el Caribe crecerán solo 2.5% en 2022 y 2.5% en 2023. El menor crecimiento de estos años hará que la región pierda participación en la economía global.
La vigencia de la ampliación empezará a regir a partir del 1 de enero de 2023. Aquí todo lo que debe saber: https://t.co/LrOlJZQ291
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¿Qué recomendaciones les dan a las autoridades correspondientes para enfrentar el alza de los fertilizantes?
Hay recomendaciones de corto y mediano plazo, pero se pueden enfrentar las necesidades urgentes, atendiendo también problemas más estructurales que ayuden a los productores a que en el futuro las alzas en los costes de los fertilizantes no les afecten de forma tan severa.
Junto al MAGA estamos trabajando en un programa que entregue estipendios monetarios que ayuden a las familias a acceder a fertilizantes a los precios actuales, o bien usen esas transferencias para comprar los alimentos que no podrán producir este año, pero lo importante no es solo entregar esta transferencia y hacerlo a las personas que lo necesitan, sino también que esta entrega se pueda vincular a la conservación y restauración de sus suelos, inversiones en sus huertos y la preparación de abonos con productos disponibles localmente.
Es decir, sustituir en parte los fertilizantes químicos por abonos orgánicos de forma gradual y usar los fertilizantes químicos de forma más eficiente, teniendo también en cuenta el tipo de suelos, periodos y formas de aplicación.
Sin duda, estas alternativas necesitan de más tiempo y asistencia técnica, y ojalá se acompañe con técnicas de conservación de humedad y riego, pero también es una alternativa más sostenible para que los productores de menores ingresos no estén tan expuestos a los cambios de los precios, a la vez que se mejora la fertilidad del suelo, la microfauna y la materia orgánica.