El primer ministro británico Boris Johnson . Foto La Hora: Ap.

El primer ministro británico Boris Johnson insistió el miércoles en tono desafiante que sigue trabajando como siempre, al enfrentar al Parlamento por primera vez desde que el 41% de su propio bloque legislativo exigió su renuncia.

Johnson sobrevivió a un voto de retiro de confianza del bloque de derecha por un margen menor al esperado, lo cual lo dejó en la cuerda floja. En total, 148 de los 359 parlamentarios conservadores votaron contra él el lunes.

Johnson dice que quiere seguir adelante y concentrarse en los problemas prácticos de la población, tales como los atrasos en el sistema nacional de salud, la delincuencia, la crisis del costo de la vida y crear empleos de alta capacitación en un país que se ha salido de la Unión Europea.

«En cuanto al empleo, yo voy a seguir adelante con el mío», dijo en la sesión semanal de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes. Pero sus oponentes dentro de su propio partido dicen que no abandonan la brega para echarlo. Temen que Johnson, con su reputación manchada por las revelaciones de fiestas en el gobierno en violación de las normas de cuarentena, condenará al partido a la derrota en la próxima elección general, prevista para 2024.

Con todo, los conservadores cumplieron sumisamente su obligación de aplaudir al primer ministro mientras los opositores se regocijaban con sus males. El dirigente del Partido Laborista, Keir Starmer, dijo que los conservadores dispuestos a darle a Johnson una nueva oportunidad se verán decepcionados.

«Quieren que cambie, pero no puede», señaló Starmer.
El líder del Partido Nacional Escocés, Ian Blackford, dijo que Johnson es un «primer ministro sin futuro que preside un partido dividido en un reino desunido». Y la laborista Angela Eagle se preguntó, «si 148 de sus propios legisladores no confían en él, ¿por qué habría de hacerlo el país?»

 

Johnson respondió que «en una larga carrera política hasta ahora he recogido los cuerpos de opositores políticos en todas partes». Aseguró que «absolutamente nada ni nadie… nos impedirá seguir adelante y cumplir con el pueblo británico».

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