Britain's Prime Minister Boris Johnson gestures as he meets Estonia's Prime Minister Kaja Kallas at 10 Downing Street, London, Monday, June 6, 2022. (AP Photo/Alberto Pezzali, Pool)

 

El primer ministro Boris Johnson, golpeado por el escándalo de las fiestas durante los confinamientos, intentó el lunes convencer a sus diputados de que lo mantengan en el poder, antes de un voto de confianza que puede destituirlo o dejarlo muy debilitado.

Amenazado desde hace meses por este escándalo, conocido como «partygate», del que durante un tiempo parecía haberse salvado gracias al cambio de foco por la guerra de Ucrania, el controvertido líder británico se enfrenta al veredicto de los 359 diputados de su mayoría parlamentaria.

Al menos 54 de ellos pidieron un voto de confianza que no se activó hasta el lunes, una vez finalizado el «jubileo de platino», los cuatro días de grandes celebraciones nacionales por los 70 años de reinado de Isabel II.

Comenzaron a votar a las 18h00 locales (17h00 GMT) y terminaron dos horas después. El resultado se espera a las 21h00 (20h00 GMT). Para ganar se precisa mayoría absoluta y Johnson, de 57 años, conocido por su talento para el escapismo político, se dirigió antes a sus filas, a puerta cerrada en una sala del parlamento de Westminster, para intentar convencerlos. «En mucha ocasiones se ha dicho que estaba acabado. Puedo reconstruir la confianza. Dejen de hablar de Westminster y empiecen a hablar de la gente que nos envió aquí», dijo según uno de los asistentes.

«El premio de esta noche es enorme (…) lo mejor está por llegar», agregó, según la misma fuente, insinuando una próxima bajada de impuestos, medida muy popular en un momento de inflación disparada que está estrangulando a muchas familias incapaces de llegar a fin de mes.

 «EL PRINCIPIO DEL FIN» 

Según un sondeo relámpago realizado por YouGov a 506 miembros del Partido Conservador, el 42% quiere que los diputados destituyan a Johnson y el 53% que lo mantengan. Si pierde, los conservadores celebrarán elecciones internas en los próximos meses para designar a un nuevo líder, que se convertirá automáticamente en primer ministro. Si gana, no podrá enfrentar otro voto de confianza durante un año pero puede quedar bastante debilitado.

El Partido Conservador se ha mostrado históricamente implacable con sus líderes que dejaron de tener atractivo electoral –incluida Margaret Thatcher– y Johnson que llegó al poder en 2019 cuando la muy debilitada Theresa May se vio empujada a dimitir pese a haber ganado un voto de confianza, lo sabe.

La promesa de realizar un Brexit que parecía imposible lo aupó triunfante al puesto que toda su vida había codiciado, pero ahora, considerado un «mentiroso» por una mayoría de británicos, ve caer su popularidad y la semana pasada fue abucheado por la multitud durante un acto del jubileo de la reina.

«No estamos ofreciendo la integridad, la competencia y la visión necesarias» y «porque ya no tenemos la confianza del electorado (…) vamos a perder las próximas elecciones generales», previstas en 2024, afirmó el exministro Jeremy Hunt, que perdió contra Johnson en la lucha por el liderazgo conservador en 2019 y desde entonces ha estado esperando el momento para volver a presentarse.

 

 «EL PRINCIPIO DEL FIN» 

Durante algún tiempo, la falta de sucesor evidente parecía haber salvado a Johnson de la destitución.

Pero un informe interno sobre el «partygate», publicado el 25 de mayo, responsabilizó de las múltiples infracciones a las reglas anticovid en dependencias gubernamentales a los «altos cargos implicados». Y volvió a encender la ira de los rebeldes conservadores contra su líder. Johnson, que solo recibió una multa por haber participado en una fiesta por sus 56 cumpleaños, pidió perdón asegurando que no se le había «ocurrido» que el breve encuentro «pudiera constituir una infracción de las normas».

Y se negó a dimitir, asegurando que debía seguir adelante con «prioridades» como la guerra de Ucrania y la creciente crisis por el coste de la vida. Pero no convenció a muchos, como John Penrose, su «zar anticorrupción» que el lunes renunció, considerando «bastante claro que (Johnson) infringió» el código de conducta oficial y que también él debería irse.

Aunque el primer ministro puede sobrevivir con la mitad más uno de los votos, quedaría muy debilitado si gana por estrecho margen.

«La historia nos dice que esto es el principio del fin», afirmó el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, a la radio LBC. «Si se observan los ejemplos anteriores de votos de confianza, incluso cuando los primeros ministros conservadores sobrevivieron (…) el daño ya está hecho y normalmente caen razonablemente rápido», subrayó recordando a Thatcher y May.

 

Artículo anteriorTransparencia Internacional aboga por acuerdo en Cumbre contra la corrupción
Artículo siguienteFrancia empata 1-1 en su visita a Croacia en la Liga de Naciones