La honestidad es uno de los valores que nos inculcan y refuerzan desde que somos pequeños, aprendemos que con esta acción seremos mejores personas, más éticas y habrá un mejor mundo, pero, ¿qué pasa cuando nos toca ejercer la honestidad con nosotros mismos?
Ser honestos con nosotros mismos ciertamente no es nada fácil, y si nos ponemos a pensar, probablemente en muchas ocasiones de nuestro diario vivir no lo estamos siendo; es un hecho que la auto honestidad da miedo, ya que es un momento en donde seremos auto críticos.
Pero al final es la manera de descubrirnos, conocernos y mostrar al mundo quién somos, por ello la honestidad con nosotros mismos es una manera importante para realmente vivir la vida y estar orgullosos de lo que somos.
LA HONESTIDAD ES COMPLEJA
Cuando se trata de ser honestos con nosotros mismos, la barrera de complejidad aumenta en un cien por cien, podemos creer incluso que estamos siendo honestos y parte de nuestra mente puede creerlo, no obstante, siempre habrá un lado que nos recordará que no lo estamos siendo.
Ejercer la honestidad implica tener coraje, tener una mente abierta para aceptar lo malo, puede ser una acción que nos provoque hasta cierto punto mucha ansiedad y estrés.
Un artículo de Growing Self menciona que muchas veces para evitar esto minimizamos nuestros sentimientos o tratamos de convencernos de cosas que no son ciertas, para sentir que tenemos control sobre algo.
No obstante, está bien y es perfectamente aceptable no tener el control de todo siempre, la magia de la vida muchas veces radica en dejarnos sorprender por lo que ésta nos tiene y aprender de los errores, y mientras eso pasa, mantenernos fieles a nosotros mismos, siendo honestos.
“La honestidad nos desafía a actuar y hacer cosas valientes al servicio de nuestra propia salud y felicidad, la honestidad puede ser difícil, esquiva y provocar ansiedad, pero también puede ser estimulante”, remarca el texto.
SER HONESTOS ES IMPORTANTE
Bajo esta línea, GoodTherapy brinda una serie de razones por las que ser honesto con uno mismo es un beneficio propio.
Te conviertes en una persona audaz
Al aceptar y conocer tus debilidades y defectos te vuelves una persona que es consciente de sus capacidades, por ello las opiniones de los demás no te afectarán y podrás realizar tus objetivos sin miedo.
Gana más claridad
Podrás definir y conocer mejor cuáles son tus objetivos de vida, tu verdadera identidad es algo que solo tú conoces y al serte honesto podrás poner esfuerzo y dedicación a lograr lo que deseas.
Las relaciones se vuelven más saludables
La honestidad es la base de todas las relaciones, por eso es casi imposible ser honesto con alguien, más cuando no lo eres contigo mismo.
Por ello, para tener una relación (y no solo en el sentido amoroso) con alguien más debes ser honesto contigo mismo.
INDEPENDENCIA
La honestidad con nosotros mismos nos facilita la vida, creemos plenamente en lo que somos, ser dueños de nuestra realidad, tener los objetivos que queremos lograr claros, y, sobre todo nos vuelve una persona menos dependiente de los demás, de la opinión pública y más dependiente de nosotros mismos.
El diálogo con uno mismo es el más difícil, sin embargo, es el que más aprendizaje y crecimiento nos deja.